MARCHA ATLÉTICA EN LEÓN: Vámonos para Alemania

SAN SILVESTRES Y SAN SILVESTRES

Me envía mi amigo Juan Carlos Gámez un correo sobre la San Silvestre de TorreVelez “Memorial Javi Cabello” (Málaga), las inscripciones son de 1 euro para benjamín, alevín, infantil y cadete; y de 3 euros desde juveniles a veteranos; por esa cantidad habrá, además de camiseta técnica de manga larga, bocadillos, agua, refresco, fruta, gorros papá noel, y un vale descuento de la tienda décimas, para todos los participantes, además tenemos 40 jamones, 30 quesos, 30 cestas de fruta, medallas para todos los benjamines y alevines, habrá turrón o similar, refrescos, agua, gorros papá noel, y los 2 primeros que se llevan un regalo de 100 euros.

Yo le contesto: Pues aquí te meten 9 euros (1500 pelas), eso si te espabilas, y si no 12€ (2000 pelas), si comparamos tendrían que regalar a los participantes (si todo el mundo se espabila) además de las camisetas técnicas, 160 jamones, 120 quesos, 120 cestas de fruta, y turrón, refrescos, agua y demás, supongo que también para todos los asistentes.

El me dice: "PUES EN ALGÚN MOMENTO TENDRÁN QUE PARAR ¿NO?.

Y yo me digo que sí, cuando nos cobren por ir al curro.

EL ÉXITO EN EL DEPORTE

En el deporte, como en la vida, no hay ganadores y perdedores como nos quieren hacer creer; el ganador no tiene que ser el primero que pise la meta, eso es un concepto materialista que sirve para algunos o para muchos, pero el verdadero ganador es aquél que llegue en el puesto que llegue se siente ganador.

En cuanto a los perdedores, eso que muchos asimilan a desperdicios humanos, a derrota, a fraude incluso; no son otra cosa que ganadores en potencia, que se han quedado en el camino, o que simplemente lo han interrumpido y en cuanto se lo propongan podrán cambiar su signo.

Nos enseñan que el éxito es el coche de lujo, la chica despampanante, el traje de marca, el puesto más reconocido. En el deporte por supuesto las medallas son el éxito para la mayoría; pero todo el mundo se olvida de que como dijo alguien “A veces la mayoría, solo significa que todos los tontos están del mismo lado”, y por lo tanto ya no son capaces de ver que el éxito no depende de los demás, sino de uno mismo, y que es el concepto que tenga uno mismo de su propio éxito, lo que marcará el camino y lo que marcará la diferencia entre lo que quieren los demás y lo que nosotros queremos.

Cada uno debe de ir tras su “éxito”; debe de aprender a no rendirse y sobre todo a no escuchar cantos de sirena. Para todos hay momentos de tempestad y de calma, lo importante tras la tempestad es no quedarse sentado esperando que nos llegue un viento favorable que nos deposite dulcemente en la playa, sino ir remando hacia ella, sin prisa pero sin pausa.

Son multitud los que están dispuestos a darnos consejos, pero casi ninguno está dispuesto a meditar antes de hacernos ese “regalo envenenado”, que incluso a veces ofrecen de buena voluntad.

Por desgracia, vivimos una serie de dictaduras a distintos niveles; económica, política, cultural y religiosa e incluso deportiva, donde unos pocos, tomas decisiones que afectan a muchos; y cuando esos “muchos” no están de acuerdo con esas medidas poco o nada pueden hacer para cambiarlas.

Creo que era Víctor Hugo quien decía: “A nadie le faltan fuerzas, lo que le falta a muchos es voluntad”. La película de “El guerrero Pacífico” nos lo enseña, el éxito está en el camino que iniciamos para conseguir una meta; en ese no estar parados, en ese ir remando hacia la playa; en definitiva en esa fuerza de voluntad que ponemos para continuar.

Al final la medalla podrá llegar, pero será un instante ínfimo comparado con la multitud de instantes que hemos vivido durante el camino; la medalla será el éxito para los demás, porque para nosotros el éxito será haber sido capaces de no parar de remar en ningún momento.

EL EJERCICIO FÍSICO

Habeis elegido una de las mejores estrategias de salud física y mental que existen en vuestro entorno, pues salvo contados casos, los beneficios de practicar ejercicio físico son evidentes, de ahí la importancia de un chequeo médico antes de comenzar con la práctica de cualquier actividad física, sobre todo si buscamos un nivel de exigencia por encima de lo normal.

Uno de los mayores retos para el practicante, es por lo general el miedo a no ser capaz de hacer lo que hacen los demás, lo que hacen los otros.

No se necesita demasiado tiempo para comprobar que salvo que nos fijemos metas poco realistas, todo el mundo es capaz de hacer deporte si se adapta a su nivel, es decir a sus cualidades.

Así lo que comienza como un punto negativo por culpa de esas espectativas desfavorables, que podemos atribuir a eso que algunos llaman imaginación; por lo general deriva en un estado de satisfacción general a medida que vamos alcanzando metas; sobre todo si nos damos el tiempo suficiente. Ahora el deportista ya no se ve como un inutil, un cero a la izquierda; su autoestima ha ganado muchos enteros.

De ese estado de satisfacción, no sería impensable que el deportista llegase a alcanzar otro estado próximo a la euforia, donde cada día espera el momento de calzarse las zapatillas y salir a correr, sabiendo ya que es tan capaz como cualquiera de hacer treinta minutos o incluso cincuenta.

A veces el siguiente paso es el más escabroso; pues aquellos que ven que van dominando a la perfección los caminos, las pistas y las carreteras, incluso que son capaces de dejar atrás a otros deportistas que en los comienzos veían como inalcanzables, se comienzan a preguntar si no serán capaces también de ganar carreras, medallas y títulos...

Y aquí es donde para muchos se termina la carrera deportiva, incluso en el caso de que consigan esas medallas, pues lo que comenzó como una lucha personal y poco a poco se fue conviertiendo en un placer diario, terminará muy probablemente por convertirse en la "meta de otros", el "objetivos de otros"; que vienen acompañados con frases como "ahora tienes que", y "no puedes", o "estás obligado a ganar", y ahí estamos ya en el principio del fin.

Construyendo medallas

He leído en algún sitio que alguien dijo una vez “que una medalla olímpica no se gana, se construye” y esto ocurre por lo general con todo en la vida; los mejores en cualquier especialidad han pasado antes necesariamente por una serie de etapas gracias a las cuales ha podido madurar en todos los sentidos.

Podemos nacer con los genes, con las cualidades, pero si ambos no se desarrollan adecuadamente, no quedará más que, una evidente tendencia a conseguir mejores resultados en aquello para lo que estamos más preparados, pero no alcanzaremos los mejores resultados posibles; mientras que podemos encontrarnos por el contrario con individuos que han llegado a ser los mejores a pesar de no tener tantas cualidades, gracias a que han quemado todas esas etapas y son capaces de dar porcentajes máximos o muy cercanos al máximo posible.

No hay de momento que yo sepa, otra solución para conseguir los mejores resultados que el trabajo constante, metódico, progresivo y añadiría satisfactorio, pues aquí tenemos otra piedra de toque fundamental; entre dos atletas con características similares; seguramente, siempre obtendrá mejores resultados aquél de los dos que disfrute más con lo que está haciendo.

MIEDO Y ANSIEDAD

El miedo es una respuesta fisiológica que nos proporciona nuestro organismo para defendernos de una agresión o amenaza externa.

La Ansiedad, aunque también sea una señal de alarma; es una mala gestión de nuestras expectativas sobre algo en lo que demasiado a menudo, desearíamos obtener grandes resultados o bien tenemos miedo de que sean muy malos.

Tiene su origen en nuestra imaginación y en un hecho bastante habitual en nuestro entorno, querer anticiparnos a lo que va a suceder, sin tener en cuenta las múltiples probabilidades y olvidando que lo importante es el día a día, es decir el PRESENTE.

Mi opinión sobre la Concentración

En el entrenamiento hay multitud de cosas importantes; todo el mundo se fija siempre en el trabajo físico, pero hay sesiones desperdiciadas por falta de concentración. Es muy importante vivir el presente en la vida y en el entrenamiento. Realizar un trabajo con la mente en otro sitio no da los mismos resultados que si ponemos toda nuestra atención en lo que hacemos, en mi opinión es una cuestión de neuronas y el ejercicio necesita recibir órdenes inequívocas de nuestro cerebro, es como intentar disparar a una diana, mientras miramos para otro lado.

Un poco de aquí un poco de allá... EL ÉXITO.

A veces nos volvemos un poco egoistas cuando se trata de encontrar “el éxito”; por lo general nunca estamos solos y a menudo un equipo de amigos o colaboradores contribuyen para que el atleta obtenga el mejor rendimiento, y todos en principio buscan un solo objetivo y este no es otro que conseguir que el deportista se esfuerce en cada entrenamiento, se busca que sea capaz de dar el cien por cien cuando sea necesario y por lo general se intenta que tras el deportista haya siempre una persona que sepa repartir momentos serios con momentos divertidos, que sea metódico pero no cuadriculado, que se cuestione las cosas, pero que no dude, ; ya se que algunos desearían máquinas sin sentimientos que sean capaces de realizar tareas sin cuestionarse nada, sin sentir nada, sin que exista diferencia entre un día gris y otro soleado, pero por desgracia para ellos el hombre no ha sido moldeado con esos parámetros y aún dándolo todo el rendimiento no será igual todos los días, esa es la cuestión que debemos valorar, el esfuerzo, y esa es la medalla que debemos de otorgar día tras día, el espíritu de sacrificio, la lucha diaria; la intención también cuenta, por eso incluso en los días que las cosas no salen como se han planeado; uno debe de sentirse igualmente feliz, porque a pesar de todo su intención ha sido hacerlo bien, y el deportista se ha empleado a fondo para conseguirlo ¿no merece eso un gran premio?.

ENTRENA BIEN, PERO MIRA CON QUIEN

¿Cuantos os habeis comprado una marca concreta de zapatilla porque la lleva el campeón, pensando que así competireis mucho mejor?...

Es habitual dejarse llevar, bien por algún compañero que todo lo sabe, bien por algún atleta de cierto prestigio, y a veces porqué no, por algún entrenador con el que no nos va muy bien.

Es cierto que hay atletas con una calidad extraordinaria, lo mismo que hay entrenadores que lo saben prácticamente todo de su profesion.

Pero yo creo que el atleta, debe (por su bien), implicarse desde el principio en la actividad que está realizando, y para ello debe de procurar comprender que y para qué está haciendo las cosas; y nunca dejarse llevar a ciegas a ningún sitio, ni siquiera al cielo, salvo que sepa como volver.

RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

12 ene 2011

Vámonos para Alemania