RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

15 ene 2012

SUCESOS QUE NO SUCEDEN

T I T E R E L A N D    (Tierrra de marionetas)


En Villaprofil de Abajo, todo el mundo era feliz.

Había una fábrica de preservativos de caballo que iba como la seda, además una tienda de ultramarinos, una barbería, un herrero, el pastor que surtía de carne, leche y quesos al pueblo y don sepe el cura.

El título nada tiene que ver con don sepe, por mucho que la palabra marioneta (marionette en francés), fuera al parecer origen de la voz aflautada que ponían los curas para imitar la aparición de la virgen en sus representaciones religiosas.

El caso es que de un tiempo a esta parte, las cosas van de mal en peor. La cosa comenzó con la aparición de empresa denominada “usa”,con una gran experiencia en el campo económico, que valoraba la capacidad de negocio de cualquier empresa del mundo; al parecer “usa” no pegaba ni una, (o eso parecía), pero de tanto insistir, sus consejos al final iban a misa.

Algunos se preguntaban qué diablos podía saber esa empresa sobre sus preservativos para caballos, pero el barbero zanjó la cuestión a favor de la empresa al poner en conocimiento de todos, que los americanos sabían lo que se hacía.

Sucedió entonces que a las pocas semanas “usa” valoró a la industria de Villaprofil como “AAA”, es decir el nivel más alto existente, lo que provocó un aumento considerable de los pedidos, de tal modo que hubo que buscar acomodo a la mano de obra; comenzando inmediatamente la construcción de varias viviendas alrededor de la fábrica que fueron ocupadas por nuevos obreros, así como un restaurante como nadie había visto nunca en el pueblo amén de una gran superficie comercial y multitud de negocios nuevos.

El tiempo fue pasando y todo el mundo parecía contento en Villaprofil, que para entonces ya contaba con un hermoso aeropuerto que utilizaban sobretodo los directivos de los siete bancos que se habían instalado en el pueblo (ya casi una capital), así como dos diputados que aunque no eran del pueblo habían salido elegidos en las últimas elecciones.

Villaprofil era un imán para el dinero fácil, los negocios florecían como las flores en el campo y se planificaban proyectos muy interesantes para un futuro inmediato.

El caso es que pasados unos años, “usa” valoró, no ya la fábrica de preservativos para caballos, sino el resto de los negocios como “CCC” (lo más bajo posible) y las cosas comenzaron a ir de mal en peor. Nadie entendía nada, todos cobraban sus sueldos y gastaban lo necesario en ropa, calzado, comida y todas esas cosas; prácticamente nadie debía nada a nadie, salvo algún caso aislado que había realizado alguna compra a plazos y poco más.

Entonces hizo su aparición Fray Dinero, un ente internacional que se dedicaba a prestar dinero a cambio de un pequeño interés. Todo el mundo se preguntaba que a quién tenían que hacerle el préstamo, pues como ya se ha dicho, salvo algún caso aislado, nadie debía nada; pero al parecer no era del todo cierto, dado que algunos bancos, algunas industrias, incluso el propio gobierno tenían deudas importantes, aunque no se sabía muy bien con quien.

Vistas así las cosas, los gobernantes que habían repetidamente otorgado “ayudas” a las diferentes empresas ubicadas en Villaprofil, hasta el punto de quedarse en la “cuerda floja”, decidieron que tampoco vendría mal la ayuda de “Fray Dinero” (FD a partir de ahora), de modo que allá fueron.

Los vecinos seguían preguntándose que ocurría, mientras una por una, todas las mejoras conseguidas en los últimos años, fueron desapareciendo poco a poco hasta llegar a niveles muy por debajo del comienzo de este “suceso”. La fábrica terminó por cerrar, a nadie le interesaban ya los preservativos para caballos, el barbero ni afeitaba ni pelaba, y la tienda de ultramarinos ya no podía vender más a crédito. Solo el pastor que se había visto obligado a trasladarse lejos de la aglomeración del pueblo seguía subsistiendo, pero aunque seguía teniendo sus ovejas, no podía vender su leche y sus quesos, porque desde que la gente había dejado de cobrar sus sueldos, no tenía con que pagar.

Pusieron otro “títere” en el gobierno, y de nuevo lo primero que hizo fue subir impuestos, bajar sueldos y pisotear aún más a los currantes que recordaban con nostalgia, cuando en Villaprofil de Abajo, solo tenían una fábrica de preservativos para caballos, una tienda de ultramarinos, una barbería, un herrero, el pastor que surtía de carne, leche y quesos al pueblo y a don sepe el cura.