Candidatura olímpica
cero, Manuel Merillas y Pablo Villa sobresaliente.
Poco hay que decir,
mientras algunos siguen derramando lágrimas, otros dan saltos de
alegría. Madrid la ciudad más endeudada de España, se ha dedicado
estos últimos años de la mano de sus políticos a aumentar la deuda
de sus ciudadanos que revertirá no en miles de puestos de trabajo,
sino en miles de millones de deuda, que pagarán, no ellos por
supuesto, sino otros madrileños y otros españoles.
Mientras tanto, otros se
dedican a correr. Pablo y Manuel, han dejado bien patente que cuando
se trata de asumir las mayores dificultades, son tan capaces como el
que más.
Esta vez se trataba de la
Trasalpine Run; no han llegado a los 300 kms por poco; ocho etapas,
un montón de competidores, y entre ellos, un par de chavalines de la
tierra que han demostrado que cuando se trabaja con ganas hasta los
objetivos más inalcanzables, dejan de serlo (ya podían aprender
algo nuestros políticos).
No ha sido fácil, correr
durante ocho días sumando velocidad, con rivales, o desniveles con
zonas técnicas; ha habido momentos de mucho sufrimiento, caídas de
cierta importancia que podrían haber sido la excusa perfecta para el
abandono; pero ni Manuel ni Pablo, ni Pablo ni Manuel se habían
pegado una paliza de viaje para retirarse así como así. La idea
fundamental era hacerlo bien, y de paso luchar por estar en el podio,
luego ya puestos si la cosa se ponía a mano, ganar.
Pero los rivales no
dieron tregua y la alianza Greco-Americana no dio opciones; por
detrás quedó una pareja que no venía pensando en hacerlo bien,
sino solo en ganar; pero no siempre se consigue todo lo que se
pretende, y si no que se lo pregunten a la Botella o al Mariano, que
pensaban barrer y han sido barridos; tal vez porque estos no se
prepararon tan bien como nuestros corredores, y a la vista están los
resultados, de las ocho etapas se puede decir que no terminaron ni la
primera.
Está visto que nunca
llueve a gusto de todos; yo me alegro por Pablo, por Manuel y como no
por Lolo Díez; el hombre que realizó la propuesta y la
apuesta, poniendo el nombre de “ALTO SIL” al equipo; el
que siempre ha tenido total confianza en estos chicos, que llegaron a
la Alemania de la Merkel siendo unos perfectos desconocidos y han
dado una sorpresa mayúscula a muchas personas que no sabían
absolutamente nada de su currículum; lo cual dicho sea de paso, no
es de extrañar, porque en realidad tampoco han hecho tanto, aunque
ya hayan hecho suficiente. Al principio, hasta sus rivales más
inmediatos achacaron los resultados a la suerte, pero estos guajes,
no tardaron en despejar todas las dudas, con palabras, y lo que es
mucho más importante, con hechos que es al final lo que realmente
cuenta.
Se han merecido un buen
descanso, pero ambos tienen proyectos inmediatos y quieren cumplir.
La temporada está prácticamente finalizada en lo importante; y
seguro, que ambos estarán orgullosos de lo conseguido y hasta de lo
no conseguido, y aunque compitan próximamente; su mente seguro que
ya estará puesta en nuevos retos para la temporada que viene, que es
mucho decir en esto de las carreras por montaña, que están teniendo
tal auge, que prácticamente, tenemos ultras todo el año.
Mañana comienza el Tor
des Geants, 333 kms bestiales sin paradas, y algunos estaremos
pendientes de otros Manus y otros Pablos; y como suele suceder,
algunos seguirán soñando y otros culminarán sus sueños, pero
sobre todo y como siempre hasta el último en llegar será tratado
como un auténtico héroe.
Tal vez si a esos otros,
aún les quedan ganas seguir rascando los bolsillos de los
contribuyentes y a alguno le da por leer esto que escribo, se
planteen llevar menos personajillos e incorporen a cualquiera de
estos valientes, que cuando menos contarán grandes cosas y con total
seguridad, dirán menos mentiras, con lo que al menos, la cuestión
de la credibilidad, no será un obstáculo para los votantes.