Peñacorada 2013
Un fin de semana más de
entretenimiento. Si he de ser sincero, no entraba en mis planes esta
carrera por diferentes motivos; pero una petición del amigo Hernando
me hizo cambiar de planes.
Conocí a Hernando González y a
Javi Vega en un recorrido por los picos de Europa; concretamente por
el macizo oriental; el recorrido dio para hablar y desde allí ha
surgido una amistad que espero dure aún cien años más.
El caso es que Hernando no se
imaginaba, allá por el dos mil ocho, que esas carreritas que
organizaba por el patio del colegio terminarían siendo una señora
carrera de diez kilómetros, ni que se apuntarían más de
trescientos corredores, aunque evidentemente, no todos finalizasen,
como por otra parte, suele ocurrir en casi todas las pruebas de este
tipo.
Por cierto, el propio Hernando, me ha pedido encarecidamente que de las gracias de todo corazón a todos los participantes, pues gracias a la aportación individual, se ha conseguido un resultado tan extraordinario.
Por cierto, el propio Hernando, me ha pedido encarecidamente que de las gracias de todo corazón a todos los participantes, pues gracias a la aportación individual, se ha conseguido un resultado tan extraordinario.
Aunque hoy día encontramos
carreras hasta en la sopa; prácticamente estamos saliendo del verano
en lo deportivo; las cañas, la playa y las vacaciones hacen mella
hasta en el más pintado, por eso algunos corredores utilizan estas
primeras competiciones del calendario para ponerse en forma, mientras
otros constatan por sí mismos, que antes de cualquier examen hay que
hincar el codo si se quiere obtener una buena nota.
Lo hemos comentado en alguna
ocasión; la organización, tiene a menudo su parte complicada,
porque como todos sabemos, “nunca llueve a gusto de todos”; pero
por lo que se cuenta por ahí, la gente ha terminado muy contenta en
esta edición, y espero que para la próxima el fervor crezca y los
organizadores y cooperantes se sientan tan satisfechos como en la
celebrada este año.
Hay un detalle que no quiero dejar
de comentar. Junto a la carrera de los “mayores”, se celebraron
otras dos. Una para jovencitos que se celebró en el patio, con
salida y entrada al mismo, que contó con la presencia de unos cien
participantes; y otra denominada la “pequecarrera” en el
polideportivo del colegio, con público a reventar, en la que
participaban niños menores de tres años.
Creo que es algo que no debemos
olvidar; pues de continuar en esta línea los próximos años; a buen
seguro, aumentaremos las garantías de obtener una excelente cosecha
de deportistas luchadores, imprescindible para una sociedad tan
necesitada de estabilidad como la nuestra.