No es la primera vez que
lo digo, ni será la última; no hemos elegido a nuestros gobernantes
para que dilapiden nuestro patrimonio (NUESTRO), con el cuento de la
crisis.
¿Cómo es posible que
los culpables oficiales de esta situación económica que sufrimos
sigan viviendo a pata suelta? ¿Cómo es que siguen incrementando su
patrimonio cuando la población lo pierde? ¿Cómo es que no hay
pobres entre la casta política? ¿Cuándo vamos a poder juzgarles
por esos errores, por lo que se ve; muchas veces calculados?
Se les votó con la idea
de mantener y mejorar la situación de este país, y nos encontramos
con que no nos van a dejar ni el polvo del camino.
No parece haber una gran
diferencia entre la estafa a la que nos han sometido nuestros
gobernantes y los de las preferentes. Ambos prometían cosas que
sabían que podían no cumplir; y por lo que se ve, a ambos les
traían sin cuidado las consecuencias.
Nuestros empresarios del
día a día; siguen sin caer en la cuenta de que una masa laboral
empobrecida, implica su propia ruina en el futuro.
Solo existe una solución
para la salida inmediata de esta crisis; regalar el dinero a
aquellos que tienen la imperiosa necesidad de gastarlo (Si a alguno le escandaliza mucho lo de regalar, cambiemos la palabra por prestar a largo plazo). ¿O
prefieren que se siga regalando precisamente a muchos de los que nos
han llevado dónde estamos? ¿A mejorado algo el país? o ¿solamente
ellos?. Yo por mi lado estoy dispuesto a poner mi parte, pero que sea
proporcional a los ingresos percibidos y aunque alguno se beneficie y
no lo necesite.
Si se hace así, lo
primero que solucionaremos al instante será la gran lacra del
hambre, que debería pesar como una gran losa sobre la conciencia de
esta sociedad egoísta e individualizada a machetazos y no digamos
nada sobre la iglesia, que no solo no da, sino que quita. Lo
siguiente sería una mejora sustancial de nuestras expectativas de
futuro y a no tardar se comenzaría a crear empleo y las empresas no
solo tendrían beneficios, sino un futuro para ellos y sus
descendientes.
¿Cuantas empresas familiares se han ido al garete en estos últimos tiempos?. El estado lleva tiempo
estrujando a la clase media y al ciudadano en particular y parece que
el único resultado es que solo el uno por ciento ha aumentado
escandalosamente sus beneficios, gracias a lo que se ha robado al 99
por ciento restante.
Hasta en la comunidad más
pequeña, cuando hay que realizar un gasto importante, se cuenta con
la opinión de todos los vecinos. ¿No es España una gran comunidad?
¿Recuerdan el cuento
de la lechera?. Pues de cuento, nada; pura realidad.