RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

25 mar 2014

SEUDO-AUTÉNTICOS

Seudo-auténticos

Nos consumimos a diario, intentando ser lo que no somos, aplicando normas de conducta erróneas para nuestro proceso vital.

Nos ponemos de mala uva casi sin saber la causa, discutimos en ocasiones por nimiedades, por un “quítame allá esas pajas” y aumenta así nuestro malestar, llegando al punto de defender posturas que reconocemos falsas o al menos intuimos como no verdaderas.

Nos levantamos enfurruñados, porque auguramos que este día será como los otros, un día incompleto, vacío de contenido, pero sobre todo porque somos conscientes que la clave del cambio está en nosotros mismos.

¿Porqué no reaccionamos entonces?.

A veces la respuesta está en nuestra mano; apretamos con tanta fuerza que llegamos a clavarnos las uñas en la palma, y esa tensión se irradia al resto del cuerpo. Esa persona, se siente entonces como un muelle comprimido a punto de extenderse con toda esa violenta presión acumulada a lo largo de su vida.

En realidad, nos quejamos inútil y continuamente, cuando solo tenemos que dejar de intentar sujetar ese algo invisible que nos retiene y que no existe salvo en nuestra mente.

Somos esclavos de una conducta muy bien estudiada y que podríamos cambiar solo con tomar esa decisión; pero es comprensible la vacilación; pues si la duda es capaz de tomar las riendas del mundo, ¿Cómo no va a influir en la vida de uno solo de los individuos?.

Pasamos de aprendices de la vida, a acaparadores de normas y ejecutores de reglas, que en su mayor parte, nunca son revisadas salvo por unos pocos y afortunados locos, que con su rebeldía ofrecen a otros menos decididos caminos que antes se consideraban prohibidos, e inexpugnables.

Pero intentar dar ese paso, se convierte en una decisión que en la mente del sujeto, podría tener terroríficas consecuencias, pues alteraría el orden social establecido.

Así como la minifalda y los pantalones de campana, no fueron, sino pequeñas muestras de esa rebeldía dirigida, que con el paso del tiempo se convertirá en pura anécdota; la melena nació de una decisión más personal que más tarde adoptaron otros muchos, convirtiéndose así en un primer paso.

Ese tipo de actitudes, no exentas de cierta violencia, nos pueden empujar a cometer el más terrible de los pecados; aquél que las religiones y el resto de poderes fácticos desean que siga dormido y oculto en las sombras.


Ellos no quieren que caigamos en la tentación, de ser nosotros mismos.