RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

14 may 2014

T E A T R O

LA POLÍTICA COMO DRAMA O EL ESPECTÁCULO DE LA POLÍTICA.

Vivimos en un gran hermano gigante, donde cada vez parece más evidente, que salvo mirar embobados, no sabemos hacer otra cosa por más que cada día nos afecten más y peor las políticas restrictivas en contra siempre de los ciudadanos más desfavorecidos por la realidad verdadera.

Como buenos comediantes, los partidos políticos nos ofrecen ahora su mejor sonrisa, no en vano tendremos elecciones próximamente. Muchos corderos volverán al redil y de nuevo caerán en la tela de araña tantos años tejida para cada vez mayor número de ciudadanos.

Verdaderamente, es improbable que de pronto cambien sus criterios y dejen de favorecer a los grandes capitales para convertirse en verdaderos demócratas y ayudar por una vez a los ciudadanos de a pie.

Cada vez son más los que piensan que votar es una auténtica pérdida de tiempo, que salga quien salga las grandes fortunas, las grandes multinacionales son las que van a marcar el rumbo político de las naciones, entonces… ¿para qué hacerles el juego si va en contra de nuestros intereses?.

No solo en Grecia, sino en Italia, España, Francia e incluso en la gran Alemania; todos caminan al unísono por la senda neoliberal, y a tenor de los índices de desempleo tan exageradamente altos, las migajas de salarios que reciben los que trabajan y la vuelta a la esclavitud en términos laborales; nadie en su sano juicio se atrevería a afirmar que los gobernantes de cualquiera de estos países lo esté haciendo bien para la población en general.

¿Para qué perder tanto tiempo y tanto dinero en elegir a unas personas que en opinión de una gran mayoría, han demostrado ser unos verdaderos maltratadores sociales?

Con cada nueva investigación, con cada nuevo dato, aparecen más políticos y empresarios corruptos (que dicho sea de paso, en su mayoría aún mantienen sus cargos).

Ya no es un secreto para nadie, que la dictadura neoliberal ha sabido repartir convenientemente durante mucho tiempo y hoy día, está recogiendo, los favores tan bien prestados a políticos de todo signo.

Al parecer el tratado del libre comercio (del que tan poco se habla), que consistirá básicamente, en romper las barreras que frenan la expansión de multinacionales americanas, cuyos mayores beneficios, se obtienen del fracking, de los productos transgénicos y otros tan peligrosos para el ser humano; está dando sus primeros pasos, porque cuentan con el apoyo político necesario; aún a costa de que los europeos perdamos una gran cuota de mercado y ganemos en pobreza. ¿Tiene sentido votar para que esto continúe?.

Estando así las cosas, no es extraño que el personal al que atemorizan con el “yo no voto”, termine entrando por el aro y vote o bien elija entre partidos minoritarios, incluso entre algunos que han demostrado ser demasiado extremistas, pero que están también ahí.

Al final salga quien salga saldremos perdiendo, al menos mientras no cambien las reglas de juego, a saber, que podamos votar personas y no partidos, que el poder vuelva a manos del pueblo de donde nunca debió haberse ido, y que cada ciudadano pueda hacer algo por cambiar el sentido de la política en cualquier momento, y no ilusoriamente cada cuatro años.

Yo entiendo que ellos defiendan sus “negocios”, sus “sobres”, sus pequeñas parcelas de poder o simplemente su “tren de vida”; no comprendo que defiendan sus mentiras con más mentiras, pero si entiendo que pidan la participación ciudadana para que todo siga igual.

Desde luego mi intención no es votarles, sino botarles.

Lo dicho la política como drama, o el espectáculo de la política.