LA POLÍTICA COMO DRAMA O EL ESPECTÁCULO DE LA POLÍTICA.
Vivimos en un gran hermano gigante,
donde cada vez parece más evidente, que salvo mirar embobados, no
sabemos hacer otra cosa por más que cada día nos afecten más y
peor las políticas restrictivas en contra siempre de los ciudadanos
más desfavorecidos por la realidad verdadera.
Como buenos comediantes,
los partidos políticos nos ofrecen ahora su mejor sonrisa, no en
vano tendremos elecciones próximamente. Muchos corderos volverán al
redil y de nuevo caerán en la tela de araña tantos años tejida
para cada vez mayor número de ciudadanos.
Verdaderamente, es
improbable que de pronto cambien sus criterios y dejen de favorecer a
los grandes capitales para convertirse en verdaderos demócratas y
ayudar por una vez a los ciudadanos de a pie.
Cada vez son más los que
piensan que votar es una auténtica pérdida de tiempo, que salga
quien salga las grandes fortunas, las grandes multinacionales son las
que van a marcar el rumbo político de las naciones, entonces…
¿para qué hacerles el juego si va en contra de nuestros
intereses?.
No solo en Grecia, sino
en Italia, España, Francia e incluso en la gran Alemania; todos
caminan al unísono por la senda neoliberal, y a tenor de los índices
de desempleo tan exageradamente altos, las migajas de salarios que
reciben los que trabajan y la vuelta a la esclavitud en términos
laborales; nadie en su sano juicio se atrevería a afirmar que los
gobernantes de cualquiera de estos países lo esté haciendo bien
para la población en general.
¿Para qué perder
tanto tiempo y tanto dinero en elegir a unas personas que en opinión
de una gran mayoría, han demostrado ser unos verdaderos
maltratadores sociales?
Con cada nueva
investigación, con cada nuevo dato, aparecen más políticos y
empresarios corruptos (que dicho sea de paso, en su mayoría aún mantienen sus
cargos).
Ya no es un secreto para
nadie, que la dictadura neoliberal ha sabido repartir
convenientemente durante mucho tiempo y hoy día, está recogiendo,
los favores tan bien prestados a políticos de todo signo.
Al parecer el tratado del
libre comercio (del que tan poco se habla), que consistirá
básicamente, en romper las barreras que frenan la expansión de
multinacionales americanas, cuyos mayores beneficios, se obtienen del
fracking, de los productos transgénicos y otros tan peligrosos para
el ser humano; está dando sus primeros pasos, porque cuentan con el
apoyo político necesario; aún a costa de que los europeos perdamos
una gran cuota de mercado y ganemos en pobreza. ¿Tiene sentido
votar para que esto continúe?.
Estando así las cosas,
no es extraño que el personal al que atemorizan con el “yo no
voto”, termine entrando por el aro y vote o bien elija entre
partidos minoritarios, incluso entre algunos que han demostrado ser
demasiado extremistas, pero que están también ahí.
Al final salga quien
salga saldremos perdiendo, al menos mientras no cambien las reglas de
juego, a saber, que podamos votar personas y no partidos, que el
poder vuelva a manos del pueblo de donde nunca debió haberse ido, y
que cada ciudadano pueda hacer algo por cambiar el sentido de la
política en cualquier momento, y no ilusoriamente cada cuatro años.
Yo entiendo que ellos
defiendan sus “negocios”, sus “sobres”, sus pequeñas
parcelas de poder o simplemente su “tren de vida”; no comprendo
que defiendan sus mentiras con más mentiras, pero si entiendo que
pidan la participación ciudadana para que todo siga igual.
Desde luego mi intención
no es votarles, sino botarles.
Lo dicho la política
como drama, o el espectáculo de la política.