Hoy es el día mundial
del medio ambiente, del cambio climático o algo parecido.
Y así a bote pronto, me
pregunto:
¿De que nos sirve
manifestarnos a favor de medidas que aquellos que podrían cambiar,
han demostrado a lo largo de muchos años no estar interesados en
cambiar?
¿De qué nos sirve si
continuamos votando a los mismos que deterioran el mundo?
Manifestarse está bien;
puede que muy bien, pero tenemos que acostumbrarnos a expresarnos en
contra de las personas y las instituciones en vez de hacerlo en
contra de las ideas.
Debemos exigir y llevar a
cabo una verdadera limpieza de corruptos y eso no es fácil, porque
para llegar a ese punto, lo primero es rechazar nuestro egoísmo;
dejar de ser entes individuales, al servicio de los amos y comenzar a
servir a la madre tierra, a los árboles, a los animales, a nuestros
semejantes, al mundo.
Si la democracia actual
no funciona, tendremos que convertirnos en agrupaciones, en
compañeros, tendremos que fomentar la camaradería y pensar que la
zanahoria que nos ponen tras el palo, solo nos va a quitar el hambre
un instante, pero no va a resolver nuestros problemas de futuro.
Hoy es el día de señalar
con el dedo y con la pluma a aquellos que día a día y minuto tras
minuto están destruyendo la tierra solo porque da beneficios y con
ellos a todos los que consienten.
Hoy es el día de citar a
los culpables, al menos aquellos de los que se sepan nombres y
apellidos; los otros ya caerán, y más nos vale, porque si no caen
ellos, caeremos nosotros, sin ningún género de duda.