RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

8 ene 2015

INDIVIDUOS



Hasta hace relativamente poco tiempo, la base del sustento de las familias campesinas, consistía en la autosuficiencia en forma de poco más que cultivos reducidos a lo básico para alimentar a la familia y un poco más, junto con la matanza del cerdo, alguna gallina o algún conejo y en casos más puntuales hasta una vaca entera.

A día de hoy, cada vez son menos las familias que continúan con este legado, y si la matanza tiene visos de estar prácticamente extinguida, el cultivo de la huerta, y algún que otro árbol frutal, puede que desaparezca en gran medida al unísono que esta generación de ancianos que aún sienten el azadón como una prolongación de su propia vida.

El hecho de que cueste menos comprar los productos en el supermercado, junto con las dificultades propias de la edad, está favoreciendo que en un futuro todos dependamos de las estanterías de los grandes almacenes, y digo grandes almacenes, porque intuyo que la tienda de barrio si seguimos así tiene las horas contadas.

Depender de las grandes superficies para nuestra alimentación básica, es como decir, depender del afán desmedido de las grandes multinacionales que llevan años jugando a cartas con las materias primas que cada vez están más en las manos exclusivas de esos pocos que saben como funciona eso de los “derivados financieros”, que no es otra cosa que especular mediante “apuestas” con aquellos artículos que son básicos para la supervivencia de la humanidad.

Vivimos en una época de corte totalitario, en la que aparte de respirar, lo demás no está bajo nuestro control, y hay que decir que entre todos lo estamos permitiendo. A día de hoy el control sobre las materias primas da la impresión de haber pasado a un segundo orden; la moda ahora, tiene que ver con manejar al individuo y quien sabe si jugarán también a la ruleta con las probabilidades de supervivencia de la raza humana .

Existe un juego de probabilidades, en el que uno de los jugadores al final muere, parece que su origen es ruso, (“la ruleta rusa”); pues bien, gracias a la intervención de las mentes más brillantes en física, economía, y matemáticas fundamentalmente, en las grandes finanzas en las que por supuesto intervienen los bancos más punteros, han conseguido que ninguno de los participantes muera en el juego, sino que el muerto sea un tercero.

Juegan fuera de las normas establecidas, si algún gobierno sabe algo calla, sobre la mesa se cuentan miles y miles de millones, (la mayoría ficticios), para el común de los mortales todo ese dinero va a la deriva en un mar tempestuoso, pero ellos saben muy bien que nunca perderán un centavo, porque siempre habrá un individuó, un grupo, un gobierno o un conjunto de ellos, que se harán cargo de las pérdidas, mientras ellos recuperan sus ganancias ahora sí, reales.


Son verdaderos fabricantes de “crisis”, han conseguido que solo unos pocos tengan más que el resto de la humanidad, e influyen para que todo siga así. Han sido capaces de anular en sí mismos, cualquier tipo de emoción o lazo afectivo con el ser humano, piensan que unos cuantos millones de muertos cada año, son la consecuencia lógica de los mercados ultraneoliberales, pues su dios es el puñetero beneficio, y todo lo demás zarandajas.