RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

20 mar 2015

Necedad


Era una carrera de montaña como otras, nada del otro jueves, (poco más de cuarenta kilómetros), pero había puesto ciertas expectativas y hasta sabía el lugar que me correspondería una vez en meta, pero todo se torció a eso del kilómetro 17 en que comencé a notar que las piernas no respondían, estaba muerto de sed y yo que no como mucho, hasta tenía hambre; había dejado pasar tres avituallamientos, porque no quería perder mucho tiempo, pero ahora ya poco importaba; tenía calambres y los cuádriceps me mataban bajando, me dolían subiendo y terminaron por impedirme hasta caminar.

Me hacía gracia que toda una panda de perdedores me quisiera dar consejos sobre cómo debía entrenar para esta carrera; con el cuento de que uno es novato, parece que todos poseen el grado de maestros aunque de poco sirvieron sus consejos a los que por supuesto no hice ni caso, ¡faltaría más!.

En realidad, llegaba preparado, bueno tal vez no a tope, pero considero que tengo calidad suficiente para enfrentarme a cualquiera y pensaba demostrárselo a todo el mundo, incluso creo que lo hubiera conseguido de no ser porque estos días he tenido mucho trabajo en la oficina, y la Toñi no sé que me puso en el desayuno el día de la carrera, que me dejó el estómago fatal.

Los listos de turno que parece que crecen como las setas cuando menos les necesitas, achacaban mi retirada, a la falta de contacto con este tipo de carreras, que no es lo mismo el asfalto que la montaña, sobre todo cuando te meten subidas tan largas y con tanta pendiente con sus bajadas correspondientes que le rompen las piernas al más pintado, que si tenía que haber hecho más kilómetros, más gimnasio y yo que sé cuantas cosas más.

Ludario el panadero, decía que la primera vez que corrió aquí, terminó el 270, pero que no pudo ni subir ni bajar escaleras durante toda la semana sin sentir unos dolores terribles. El Ludario es un subnormal, ¿el 270 de 350 y me quiere dar lecciones a mí?.

Para colmo, todos me trataban como si fuera una nena, y venga a animarme con eso de que hay muchas más carreras y de que bastantes kilómetros hice para ser mi primera vez, y cosas parecidas (¿serán imbéciles?).

Que se vayan a tomar por el culo hombre, (¿les he preguntado yo algo?), no he dicho nada porque si algo me sobra es educación, pero era para haberles mandado a la mierda a todos, porque entre sus consejos y pasarme la mano por la chepa me han terminado poniendo de mala leche.

Ya se que no siempre sucede lo que quieres, pero uno no ha nacido ayer, ya está curado de espantos, sabe que esto es así, y además era mi primera carrera seria por montaña, de modo que lo acepté tomándomelo con mucha calma, al fin y a la postre, es solo una carrera más y no me voy a dejar afectar por culpa de un mal desayuno (ahora que la Toñi me va a oír).


En el hospital me dijeron que había tenido mucha suerte, que la llegada de mi mujer había sido providencial, que con todas las pastillas que había tomado, no hubiera durado muchas horas más, que cómo se me había ocurrido esa locura solo por no haber podido terminar una carrera, que no se qué y que no se cual. , ¡tonterías!, que tengan una carrera no les da derecho a criticar a todo el mundo y lo único que me faltaba ahora es que vengan dando lecciones por culpa de un puñetero desayuno.