Poco contacto con la cultura
tienen quienes juzgan tomando decisiones que parecen provenir más de
las vísceras que del cerebro.
Algunos de estos indivíduos,
parecen estar encadenados al pasado, pues parecen pensar más en
términos de épocas dictatoriales, que en entornos democráticos;
no es de extrañar por lo tanto, que nieguen castigo a aquellos que
se dedican desde los orígenes de los tiempos a infundir patrañas
que en algunos casos han llegado a provocar atentados mortales de
crédulos convenienemente radicalizados.
Cuando algunos señores
juzgan por bulerias sobre asuntos relacionados con el terror local
que un día padecimos; pienso en ese otro terrorismo, el económico,
que ha provocado aún más muertes consecuencia de la tortura diaria
a la que se ven sometidos los no trabajadores, los sin vivienda, o
los sin comida y sin futuro; pienso también en la prolongación de
ese terrorismo asesino que sufren demasiadas mujeres en nuestro país
(una sola ya sería demasiado); un terrorismo en el que ningún
gobierno hasta la fecha ha querido profundizar en busca de las
verdaderas raices que siguen habitando en lo más profundo de nuestro
pasado.
Cuando algunos juzgan temas
culturales, deben pensar más en términos de partido que de
judicatura; solo así se entiende el encarcelamiento de personas que
se limitan a exponer sus ideas, o sus títeres, sin que ello
signifique buscar asesinatos o actos contra la población; que al fin
y al cabo es mucho menos de lo que hace cualquier ciudadano corriente
en cualquier tertulia a la hora del café cuando despotrica contra el
gobierno.
Visto desde una perspectiva de
futuro, la historia nos denominará seguramente retrógrados por
estos actos que no tienen ningún sentido en pleno siglo XXI, salvo
el ciego y estúpido revanchismo político que busca puertas de
escape donde solo hay muros.
Desde una perspectiva cultural,
no se entenderá que hayamos dilapilado miles de millones fabricando
y vendiendo armas que matan, sin haberle dedicado un solo céntimo al
sistema educativo; el único capaz capaz de resolver las miserias de
este mundo que habitamos cuando el aprendizaje abarca todos los
aspectos intrínsecos al ser humano.