Es evidente que hoy no es
mi día.
Por la mañana cuando iba
a la oficina de empleo me encontré en el ascensor con el vecino del
primero, me preguntó por la famila y si había tenido suerte con la
búsqueda de empleo. Le dije que la familia bien, pero lo otro seguía
igual o peor y va el tío y me salta con que en su empresa necesitan
un mozo de almacén.
Lo primero que me vino a
la mente fue “te lo puedes meter por el culo chaval”, pero
intenté ser amable y le prometí pasar por allí en cuanto pudiera
que tenía el día un poco ocupado. Me miró con cierta extrañeza y
me dijo que fuera cuando pudiera, pero que no lo retrasase mucho
porque en tres días como máximo tendría que decidir y ya no habría
vuelta atrás. Me puso de un gerol que mejor me callo.
Antes de pasar por el
inem, recordé que tenía un billete de lotería pendiente de
comprobar y mira tu por donde van y me tocan mil doscientos cincuenta
euros. No le tiré el dinero a la cara a la lotera, porque soy un
señor, pero que no me digan a mí que no hay que joderse, con la de
premios que hay y me toca una mierda.
Al llegar a la esquina del inem, cola como viene sucediendo
últimamente; no había visto tantos vagos en mi vida y yo con mi
smartphone iphone 6s plus casi sin batería. Definitivamente
hay días que es mejor quedarse en casa.
No habían pasado ni
quince minutos cuando literalmente me asaltó la tía Pompeya. Que se
había enterado de lo de la lotería, y que si no podría prestarle
algo, que con cien euros tendrían suficiente para comer por lo menos
tres semanas y no me supondría mucho desembolso.
-Tía le dije, que son
mil euros y con eso no tengo ni para pagar el butano, (en realidad
ahora gastamos electricidad, no van a ser todo miserias).
No se si me creyó o no,
pero me recordó que mientras el tío había tenido trabajo, a mí y
mi familia no nos había faltado nada durante siete años, y es
cierto, pero para mí eso era agua pasada y tenía claro que no iba a
dejarle una perra.
Desde luego aquí la gente tiene un
morro que se lo pisa.