PRESENTE/PASADO

                                                       Miércoles 28 de agosto de 2019

Hemos asistido ayer a un acontecimiento deportivo de cierta relevancia para muchos corredores que gustan de zapatillear por la montaña; en este caso sobre el Mont Blanc y más concretamente en relación a la TDS o como la denominan por allí “Sur les Traces des Ducs de Savoie” (Sobre las huellas de los duques de Savoya).

Todos auguraban una carrera, muy, muy dura y aunque evidentemente lo fue para todos los corredores, al menos el tiempo no añadió otras dificultades que las propias de la época.

Consideran a la TDS, como la más técnica, la más salvaje y la más exigente, de todas las carreras de la UTMB y con el nuevo trazado debido a las reivindicaciones de determinados departamentos, este año se ha pasado por el centro de las localidades de Beaufort y de Hauteluce, lo que ha supuesto añadir unos 23kms y la broma de casi 2000 metros de desnivel positivo.

Se esperaba al ganador al filo de la 19 horas y aunque en muchas de las quinielas, el leonés era situado en tercera posición solo entre los españoles y un tal vez posible candidato a terminar entre los diez primeros de la general; no solo entró en primer lugar, sino que rebajó las estimaciones más optimistas en casi una hora; algo de lo que ya venía avisando al rebajar muchos de los parciales en puntos de referencia de la carrera.

Qué mejor prueba sobre los augurios que lo que comentan en alguna prestigiosa revista francesa al respecto: “No es quizás su nombre el que teníamos en mente para abrir el palmares de esta nueva fórmula de la TDS (145km y 9100 metros de desnivel positivo). Sin embargo, nadie puede poner ninguna pega a su victoria ya que el Español, ha volado sobre la carrera y ha dominado a todos sus rivales”.

Pero lo que más me llama la atención, es el empecinamiento de los medios por resaltar en sus titulares cosas del pasado que en algunos casos, solo se acercan a la verdad y que serían más propias de entrevistas algo más largas donde todo puede tener cabida. No debemos nunca olvidar, que las carreras, son solo estadísticas, y los corredores, personas:

“El leonés se resarce del fiasco de...”

“Pablo Villa acaba con su maleficio...”

“Pablo Villa vive por fin el ´éxtasis de reinar en la TDS...”

“Pablo Villa salda su deuda con la TDS..”

“Pablo villa se toma la revancha...”

Muy interesante también lo que dicen en otro medio francés:

“TDS 2019: ¿Quién es Pablo Villa González?

Es un atleta español que ha ganado la Transgrancanaria en 2018 y ha hecho doceavo este año.”

De tanto repetir las lecturas mencionadas, y si añadimos que para algunos no era un hombre con capacidad para largas distancias, ya me asalta la duda, así que tendré que charlar seriamente con este chico, porque no se como ha podido vivir con toda esta presión, con toda esa deuda, ese maleficio, ese fiasco, pensando además todos los días en esa revancha que le llevaría al éxtasis sin haber ingresado en una celda de esas acolchadas ni una sola vez.

Claro que también lo puedo dejar correr...

G7

Navego hoy día 24 de agosto del 2019 a través de las noticias de distintos medios y veo que estás se refieren a cosas, como que los toros nos salen caros, que la nasa ha inventado un “no se qué”, que si la banca a pesar de las ayudas va de capa caída, que si bertín y plácido, que si la huelga, que si hay falta de decencia en la extrema derecha, que otra vez los independentistas, o si podemos o no podemos.

De todas ellas, solo encuentro una noticia transcendental que se refiere al problema de los incendios en relación al abandono de las costumbres rurales. Bueno, tengo que decir que no es del todo cierto, en el periódico el país por ejemplo, sí que citan en primera línea a esta poco más de media docena de indivíduos.

Y sin embargo, yo creo que la noticia más importante está en Biarritz, donde poco más de media docena de paisanos, rodeados de miles y miles de guardaespaldas (que pagamos nosotros), van a tomar decisiones en diversas materias que nos afectarán a millones y millones de personas en el mundo; entre otras cosas restringen la libertad de las personas, mientras que sus productos pueden moverse por el mundo sin ningún control que no sea el de la élite empresarial.

Claro que además del g7, también tenemos al banco mundial, al fondo monetario internacional, los retorcidos tratados del TTIP, CETA, , el reciente UE-Mercosur, y un sinfín de ellos, gracias a los cuales las élites económicas ya pueden respirar tranquilas porque seguirán haciendo del mundo su pocilga.

Las últimas medidas que se supone van encaminadas a la igualdad, nos han empobrecido tanto que de seguir así seremos los vasallos de sus ratas de laboratorio en menos que canta un gallo (si no lo somos ya).

Pérdida interior

Qué cabeza la mía; ¿cómo se llamaba?

Fue durante las fiestas del pueblo de mis abuelos, no se que edad tendría yo exactamente, pero aunque tengo unos recuerdos muy dispersos, los sentimientos son tan maravillosos, que aún me emociono con los pocos que me quedan.

Era la noche grande y oscura, tanto que en algunos puntos del pueblo había que encender los mecheros porque en cualquier momento podrías caer en cualquiera de las múltiples zanjas de una obra que el ayuntamiento había acometido, justo unos días antes de las fiestas. Nos pasamos gran parte de la noche cantando lo que hoy me parece una estúpida melodía ´compuesta solo de seis palabras: “Marujaaaa, tira un pedo que rujaaaa”. Evidentemente con los años todos cambiamos, porque en aquellos momentos todos nos reíamos como locos.

Serían como las dos de la madrugada y los componentes de la orquesta volvían ya cansados al entarimado tras un pequeño receso de media hora; yo había hecho buenas migas con una asturiana que veraneaba todos los años en un pueblo cercano por aquello de la silicosis de su padre y el benigno clima leonés. En una de estas, nos quedamos retrasados del grupo, nos acurrucamos en una esquina y tras un leve roce sin querer, empezamos a besarnos, primero como de tanteo y luego con ganas; le cogí de la mano, nos fuimos a la huerta del tío Ambrosio, y nos tumbamos bajo la nogala; pero ¿cómo se llamaba?.

Varios años después nos encontramos donde la plaza de Regla; ya hacía unos segundos, que incomprensiblemente se me había desbocado el corazón; dicen que es un lugar mágico, ya que no en vano es el punto más alto de la ciudad y tras unos segundos de silencio durante los cuales, solo nuestros ojos hablaron, nos volvimos a coger de las manos como antaño y nos perdimos entre las callejuelas de la ciudad; pero, ¿cómo se llamaba?

Han pasado ya muchos años de aquello, pero aunque sigo sin recordar su nombre, mi corazón tamborilea al son de mis pensamientos.

En una ocasión en “otras fiestas”, coincidimos varios de aquél grupo, y fue una satisfacción enorme que me recordaran su nombre; inmediatamente lo apunté con disimulo en un papel y me lo metí en el bolsillo junto a varios billetes de cien para no perderlo.

Han pasado dos o tres años desde entonces y no se que hice ni con su nombre, ni con los billetes; seguramente no le di importancia porque lo volví a recordar durante mucho tiempo; hasta hoy.

Qué cabeza la mía... ¿cómo se llamaba?

Pero... qué cabeza la mía, ahora, además de su nombre he dejado de recordar otras cosas.

Qué cabeza la mía... ¿Cómo era su rostro?