Día ll:
Hoy tenía que salir a
recuperar la cartera que dejé hace dos días en el coche; bajé por
la cochera; allí me encontré con Ilma, la niña del perrito que estaba a
punto de salir. La saludé y le pregunté porqué no salía al
jardín. Me dijo que porque no le gustaba a algunos vecinos, yo le
dije que no hiciera caso, que estaban un poco trastornados, que
saliera por la cochera como estaba haciendo y que diera la vuelta
hasta el jardín, también le aconsejé que se pusiera cascos y
escuchara música. No se si me hará caso, estaré atento estos días.
A las ocho no me acordé
de asomarme a la ventana, estaba liado con otra cosa y se me pasó.
Día m:
Esta mañana salí a
comprar vinagre de sidra para hacer gárgaras, en el portal me
encontré con un señor mayor con dos bolsones enormes de los que al
menos en uno pude vislumbrar patatas, nos saludamos amablemente y
salí, pero a los pocos segundos me dí cuenta de que otra vez había
olvidado la cartera y volví a subir. Suelo bajar en el ascensor y
subir por las escaleras para guardar la línea y al llegar al cuarto,
me encontré al señor todo cariacontecido porque sus hijos el Diego
y las gemelas no le dejaban entrar, le decían que dejara las bolsas
fuera que luego las recogerían. El pobre hombre me hizo un gesto
como de sonrisa muy triste y yo le devolví otro gesto como diciendo
“tranquilo amigo, así son la mayoría de hijos hoy día”.
Por la ventana pude
comprobar que los chavales pensaban que a saber si su padre podría
estar infectado y que una cosa era que muriera él y otra que se lo
pasase a ellos que aún eran jóvenes.
Definitivamente estos
mierdas son jilipollas perdidos; el otro día, les tenía que haber
tirado aceite hirviendo.
Día n:
Hoy he recibido correo de
Miriam, me cuenta que tiene algunos problemas con una vecina que
desde la ventana le dice que no hay que salir tanto, que eso de ir
infectando a todo el pueblo no está bien. La pobre está cabreada y
con razón, la especie humana es la menos humana de todas las
especies incluidos los más animales por supuesto. Me cae muy bien
esta chica; es curioso, recuerdo su mirada y su voz, y sin embargo no
se de qué color son sus ojos. Una pena que sea tan mayor porque no
me importaría tirarle los tejos.
En la ventana, tocaba
ciencia, discutían por ver quien salía a comprar; una de las
gemelas decía: “Yo ya salí el otro día así que no contéis
conmigo”. De todos modos, dicen que hay que separarse al menos un
metro de los demás, que así el bicho cae al suelo y se muere, así
que tampoco será para tanto, en el supermercado os ponéis unos
guantes al entrar de esos de la frutería y luego los tiráis”.
Al final no pude seguir
escuchando porque llamaban al teléfono. Era el de Fresneda que me
quería poner al corriente de ciertos bulos.
Día ñ:
Hoy ha tocado guasap a
todas horas, se ve que la gente tiene necesidad de contar sus
peripecias en estos tiempos de clausura obligada. La primera en
escribir fue una chica con la que compartí habitación el el
Hospital durante unos días, me he puesto colorado y espero que no se
me haya notado al escribir... “Eres genial, y eres único animando,
que lo sepas”. - Tonterías le contesté yo, el ánimo lo llevamos
todos de serie... “pero tú sabes sacarlo” me contestó. Espera
que voy por el babero le dije y añadí, no se puede extraer lo que
no existe. “¡Ay!, que te lo digo en serio, aún me acuerdo cuánto
me ayudaste en el hospital, no lo olvidaré nunca”. Os juro que ya
no sabía donde esconderme. ¿Seré yo ese?. En fin, no sigo porque
la cosa luego superó los halagos anteriores y si me ruborizo,
enseguida me preguntan en casa lo que me pasa y no es plan...
En la ventana solo estaba
hoy una de las gemelas. Seguro que discutieron por lo de las compras.
Día o:
Hoy me ha dado por la
música desde bien entrada la mañana, tenía por ahí un vídeo
recopilatorio de canciones del gran Leonard Cohen; un concierto que
dieron varios artistas en el año 2017. A los amantes de este
artísta, les dejo los datos para buscarlo: tower of song
tribute to leonard cohen youtube .
Más tarde he vuelto a escuchar bronca abajo, pero no me pude enterar
de nada. Ya por la tarde de nuevo salieron a las ocho menos cuarto y
comentaron lo del test para detectar el virus, que si era un engaño,
que si era imposible en poco menos de una semana tener un test listo,
cuando además de otros trabajos previos, se necesita el permiso
gubernamental para ponerlo a funcionar y eso no se hace en un plis
plas. Estaban cabreados porque la vecina del lado por lo visto tosía
mucho por las noches, de modo que habían cerrado todos los
respiraderos de los baños por si las moscas.