RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

6 sept 2020

Luna lunera...

 

Comienzan temprano los rugidos en esta preciosa mañana de domingo, no son de tripas, sino de esos motores madrugadores que comienzan aislados y terminan colaborando al unísono hasta crear ese estruendo característico de las ciudades sin el cual algunos dicen que no podrían vivir.

Una vez más no he pegado ojo y ya se intuye el lento clarear matutino que nos llevará a un día para muchos de descanso merecido y para otros forzoso.

Me rondan varias cosas por la cabeza; hoy parece que esa máquina infernal que despierta a todo el barrio haciendo su labor de limpieza diaria no ha pasado, supongo que hasta los vecinos tienen derecho a descansar al menos un día a la semana. Pienso en la máquina y al instante en la montaña.

En esta ciudad y en ese aspecto somos unos privilegiados, porque a una insignificante distancia podemos recorrer grandes espacios a menudo vacíos de personal y siempre arropados por el gran silencio que nos recuerda que aún estamos a tiempo para volver a ser cuerdos; podemos incluso conquistar algunos picos conocidos y hasta jugarnos voluntariamente la vida.

Esta corta reflexión, me lleva a recordar ciertos rumores sobre la montaña leonesa, que hablan de proyectos relacionados con “empresas foráneas” que afectarían a los términos municipales de Cármenes, Carrocera, , Matallana de Torío, La Pola de Gordón, La Robla, Valdelugueros, Valdepiélago y Villamanín. Supongo ingenuamente que los estudios medioambientales exigibles tendrán en cuenta el consecuente deterioro del entorno, ya que sabemos por otros lugares de su influencia negativa en la fauna, la flora, donde se instalan. Por otro lado, parece que aunque aún no se ha estudiado lo suficiente, que también afectan negativamente a la salud de la población en otros aspectos incluso algo con lo que muchos no cuentan, el ruido que generan, sobrepasa en muchos casos el permitido por las directrices europeas.

Veo que ya hay gente a título individual defendiendo “nuestra montaña”, e inevitablemente pienso en lo poco positivo que pueden resultar estos proyectos para la población local, al tiempo que me vienen a la mente otros proyectos aún peores como la extracción de gas esquisto, tan contaminante para los recursos no solo de esos municipios, sino de otros colindantes.

Pienso también en esos médicos que dan la cara aportando datos que contradicen las alarmantes noticias sobre este virus capaz de comerse el resto de sucesos por preocupantes que sean; reflexiono y recuerdo que en tiempos de crisis las ganancias de ese uno por ciento pueden suponer miles de millones en un solo día; es decir, que la ocasión la pintan calva.

Me viene también a la chola la enorme capacidad de los medios de comunicación a menudo asociados a partidos políticos pero sobre todo pagados por las grandes multinacionales para su propio beneficio así como ciertos tratados internacionales y como en todos los casos solo hay un único favorecido (ellas) y muchos perjudicados (nosotros).

Como siempre habrá un pequeño movimiento contrario a estos “avances” que nos venderán como una gran ayuda para mejorar el medio ambiente general, y me temo que a menudo serán tratados como esos médicos por la verdad, ahora apodados “negacionistas”; una palabra bien elegida, que viene a sustituir a la hasta ahora más conocida como “extremistas”. De ese pequeño movimiento muchos se irán apartando poco a poco y como ha ocurrido tantas veces los grandes se comerán a los pequeños como sucede todos los días; lo que me recuerda a esos propietarios de tiendas de diverso tipo que están cayendo como castillos de baraja de una especie de agonía diaria, provocando con ello que otras “tiendas” más grandes se hagan con el control del mercado.

Me hago una última pregunta, ¿también tendrán ayudas del gobierno?... Por supuesto, recibirán millones de euros mientras que para nosotros el coste de la luz seguirá subiendo cada vez más. Mientras tanto, algunos irán corriendo a captar las últimas imágenes de las montañas antes del desastre que se avecina.