Otro madrugón en fin de semana, como si no
tuviéramos bastante con los días de diario; si la semana el viaje
me llevó a Cabezón de la Sal a ver a Pablo; esta vez el destino no
me alejaría mucho del anterior; otro Pablo, desvío en Aguilar de
Campoo, y tras unos pocos kilómetros más hasta Barruelo de
Santillán, (nombre difícil de memorizar), desde donde se daba la
salida a las ocho de la mañana.
El viaje resulta bastante agradable; sobre todo
desde que te acercas a la “zona verde”, pero más aún a partir
de Aguilar; donde parece que se respira paz a raudales y espero que
no me tengan que corregir esta apreciación.
42 kilómetros de nada, y algo más de 4000 metros
de desnivel acumulado, para cerca de un centenar de selectos
corredores.
Además del habitual Integral de Valdecebollas (otro
nombrecito...), se celebraba también y por primera vez el I Gran
Premio de Carreras de Montaña en forma de Campeonato de Castilla y
León
No me suelo explayar mucho en estas cosas, pero visto
lo visto, esta vez, el cuerpo me pide marcha; para mí ha sido una
carrera especial, con un ambiente especial y una gente especial,
comenzando por Eladio al que conocí en el campeonato de España y
al que espero ver en alguna otra ocasión más, pasando por Alma a la
que creo haber conocido en otros tiempos y en el mundo del atletismo,
y añadiendo desde el último en entrar al primero en atravesar la
línea de meta.
Tal vez me llamen exagerado, y puede que tengan razón
(soy un recién llegado), pero al contrario de lo que sucedió en “el
soplao”; creo que aquí todos sabían donde se metían y no solo
eso, sino que pude advertir como algunos de los últimos en llegar,
lo hacían con mucha reserva en el depósito, y con esa sonrisa en la
boca que te da el saber que podrías haber dado más de haber
querido, a esto le llamo yo ser profesional.
Lo poco que pude ver del recorrido, me gustó mucho,
tramos realmente complicados (técnicos les llaman); la bajada a la
explanada que se verá en las fotos tras crestear un rato, tenía un
poco de todo; desnivel, raíces duras como piedras, pequeñas zonas
de pedregal, y un pequeño hoyo donde entraba en algunas zonas poco
más de un pie, luego parece que había un tramo final desde los
molinos también bastante duro, en fin un poco de todo para disfrutar
al máximo.
En fin de momento, la mejor carrera por montaña a la
que he asistido, el próximo año volveré, por supuesto de
espectador, con algún otro atleta o simplemente a hacer unas fotos.