RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

16 sept 2018

Su Majestad Don Pino Albar



Tienen por Covaleda una laguna helada, otra larga y hasta una negra como el pozo de una mina. Tienen caminos con nombres extraños, como “el muchachón”. A veces juegan al despiste y así “los tejeros” que uno definiría como zona de tejos, resulta que se encuentran poblados por enormes pinos centenarios. Esta gente gusta de “subir al pico”, y al menos una vez al año se visten de piñorros ellos y piñorras ellas. Tienen vestigios de siglos atrás, y aunque no faltan iglesias, tienen pinos “con suertes” que casi tocan el cielo. Pero no queda ahí la cosa, ¡no señor”; cuentan también estas gentes con una “Piedra Andadera” que haría las delicias de un tal Iker no se cuantos.

Son tal vez esas “suertes” las que han conseguido o al menos ayudado en gran medida a mantener una enorme masa forestal muy bien cuidada, y lo que llama más la atención, es que prácticamente no haya incendios; gracias seguramente a la veneración que la mayor parte de sus vecinos sienten por ese espacio sagrado, pues aunque no todos tengan “la suerte” de cara, todos consideran el monte tan suyo como los leoneses su catedral aunque no la gestionen tan bien como los pinos de Covaleda.

Desconozco la situación económica de Covaleda o la cercana población de Duruelo de la Sierra, que no podemos excluir al hablar del pico Urbión; pero es evidente que invertir en estos espacios es un beneficio inmenso para todos en el presente y en el futuro.

Y hablando de invertir, pasemos al asunto que nos trae, “Desafío Urbión”; casi nada, dos mil doscientos veintiocho metros de nada que se meten entre pecho y espalda los participantes.

Esta especie de visita turística (a la carrera), que ha atraído a un montón de gente de diferentes procedencias, parece que va creciendo cada año un poco más, prueba de ello es la colaboración de diferentes negocios, incluida este año una nueva con Caja Rural que a tenor de lo visto por el señor Tomás Mugarza seguro continuará e incluso se ampliará.

Estamos hablando de una zona turística en la que no estorban para nada, acontecimientos como este que ayuda a mantener activos muchos negocios de la zona, comer, dormir, pasar varios días, dar publicidad y hasta volver algún fin de semana. Son de esa clase de acontecimientos que benefician a mucha gente, no perjudican a nadie y permiten mantener el nivel de habitantes de los pueblos que como vemos en otros lugares cae en picado.

Pocas veces he escuchado tantas alabanzas hacia el director de carrera (Sr. Vidal), o hacia el Sr. Alonso, y si hablamos de los voluntarios siempre nos quedaremos cortos, porque controlar un espacio tan amplio no es sencillo; marcar con banderas en zonas concretas cada seis o siete metros no se ve a menudo, y denota gran preocupación por los corredores y buena maña para organizar carreras. La labor de los conductores, impecable, incluso la organización pone un bus al servicio del personal que no tiene tantas facilidades para subir y de paso disminuimos el tráfico y la polución.
En cuanto al público, es muy de agradecer su asistencia en tantos y distintos lugares del recorrido, sobre todo en meta, por ello todos se merecen un sobresaliente.

Todo confluye en determinadas circunstancias, y una vez más aquí se escucho aquél famoso cantar:

Esta me la apunto para el año que viene”.