Una vez más la realidad nos ha demostrado que el valor no viene en grandes recipientes, y a veces de los más minúsculos entre ellos, encontramos guerreros avezados que incluso son capaces de salir airosos de su primera batalla en un terreno totalmente desconocido.
No estaba el día para florituras, algunos padres como era de esperar, no pudieron llevar a sus hijos por diversos y justificados motivos, pero los que sí pudieron, disfrutaron además de la lluvia persistente, y algunos ratos de suave neblina, de la emoción de ver a sus hijos enfrentarse a retos que tal como estaba el patio, en idénticas circunstancias, algunos adultos se habrían echado para atrás.
La distancia, corta y adecuada a sus diferentes edades, dos grupos uno para los más peques y otro para los que ya van camino de mozalbetes y en ambos hasta algunos que se enfrentaban por primera vez a grandes desniveles con barro y zonas empinadas donde resulta complicado mantenerse en pie, máxime con zapatillas de asfalto pero que aún así, no se arrugaron ni un momento y lo mejor de todo es que se lo pasaron pipa.
Parece que la escuela que dirigen Pablo y Antonio y que patrocina el Ayuntamiento de Valdefresno, va dando sus frutos poco a poco, y no solo con los “¨grandes”, sino que también con los más pequeños que no se oponen a las dificultades, sino que las hacen suyas, las enfrentan con alegría y las degustan como si fueran platos bien condimentados.
Yo creo que es de rigor, valorar lo que han hecho estos chavales, así como reconocer los sacrificios que muchos padres hacen para que sus hijos tengan la posibilidad de escoger otras alternativas a los videojuegos, tabletas, móviles y demás “destrozavidas” con que nos sazonan las sociedades actuales. Eso no quiere decir que no manejen de vez en cuando dichos aparatitos, pero al menos mientras hacen ejercicio, exploran otros mundos que a la larga serán en muchos casos el pasillo hacia una vida más saludable, al tiempo que se enfrentan a ciertas dificultades que podríamos definir como experiencias valederas para su propio porvenir en una sociedad incierta y perecedera.
No soy yo tal vez quien para lo que voy a decir, pero se agradece que al menos dos concejales del ayuntamiento, aguantasen el chaparrón desde el comienzo hasta el final dando la cara como debe hacer todo aspirante a político que se precie. Yo al menos he visto en multitud de ocasiones, como la ausencia es la norma incluso en competiciones de alto nivel, salvo claro, para la foto.
Gracias también a Sergio que se puso hasta arriba de barro para marcar correctamente el recorrido (y al parecer lo hizo bien, porque no hubo un solo despiste, tan habitual entre adultos).
Ha sido un verdadero placer y una gran lección la que nos han dado hoy estos chavalines...
Pd.- Aunque estimo que
son las peores fotos que he hecho en mi vida, creo que vale la pena
que algunos intenten reconocerse a pesar de las trampas que he hecho
con ellas. Prometo esmerarme más en la próxima ocasión aunque si
dejase de llover, y ya no digo nada si saliese el sol, lo
agradecería. Gracias también al Maestro Blas que aporta varias fotos y sobre todo su presencia en estos actos.
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