RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

30 ago 2022

EL JARDÍN DE "EL BRUJO"

 

No era la primera vez que me acercaba por allí, sin embargo en esta ocasión comprendí gracias a un amable vecino del lugar que me explicó el significado de lo que ha sido siempre un ferviente homenaje tejido e hilvanado sin pausa pero sin prisa desde el año 2018 por un vecino de la localidad de Valdeiglesias en sus ratos libres. Más tarde me apuntaría el mismo vecino que últimamente una lesión importante le impide al artista dedicar el tiempo que quisiera a su preciado jardín (suyo y de él y para todos).

En otros países, este sería un lugar de culto, que sin duda generaría golosos dividendos y pondría a Valdeiglesias en el mapa nacional, que no digo que no esté, pero con letra muy pequeña; pero suele suceder en este país nuestro que andamos escasos de agradecimientos y valoramos muy poco iniciativas personales que para colmo no han costado un solo duro a las arcas municipales.

Uno va ciego por la vida pero afortunadamente siempre hay alguien que te ayuda a cruzar el paso de cebra y te pone en vereda; y así me ocurrió a mí ayer. Ya había escrito un reportaje tirando de sentido del humor con sus fotografías en otra ocasión, pero como todo el mundo me hablase de lo que ganaba ahora con las flores, me decidí a repetir la experiencia; lo que no me esperaba era enterarme de como se urdió todo el asunto.

Al parecer en un acto público en honor a la persona a la cual han dedicado este jardín, parque o lo que gusten ustedes, se entregaron una serie de vástagos tiernos de ciertos árboles entre los asistentes a dicho homenaje, que hoy día podemos apreciar ya crecidos en el citado jardín,

Con cinco de esos arbolines (dos encinas, dos alcornoques y un pino) y un cariño inconmensurable hacia Don Enrique, comenzó la historia de este jardín; luego poco a poco una plantina por aquí un monumento en miniatura por allá y la incorporación de algunas bicicletas y muchas flores y arbustos, se fue perfilando un paisaje muy peculiar y del agrado de muchos forasteros que acuden a visitarlo con cierta frecuencia, como cierta familia holandesa que gastó parte de sus vacaciones y ahorros en un viaje a Valdeiglesias a causa de un gran favor que por lo visto había hecho Don Enrique a un familiar años atrás. Pero aparte de catalanes, pamplonicas, y otros, lo que más abunda, son algunos leoneses de esos que ahora llaman “legionenses” y Asturianos y que ya sabemos todos lo viajeros que son nuestros vecinos.

Para los niños resulta especialmente interesante por la cantidad de figurinas que adornan el jardín que al parecer les encantan; de modo que ¿qué más se le puede pedir a este delicioso jardín? Bueno, tal vez que vayan acompañados de sus papis, porque lógicamente a esas edades, se les van las manos...

Se puede apreciar una evidente actitud de respeto hacia el señor Castro, en los diferentes detalles que aparecen de cuando en cuando y que a mí se me pasaron totalmente inadvertidos en mis anteriores visitas y que otro más cercano al rectángulo verde habría notado de un solo vistazo. Y si he de ser sincero a la vista de tantos vehículos de dos ruedas, y cierto águila sobrevolando las alturas, pensé que la cosa era en homenaje a uno de Toledo; pero fue un hermano del artista que pasaba casualmente por allí quien me sacó del error.

Don José Joaquín al que se le tildó de loco en los comienzos, (lo del José lo explicaremos con detalle en otro momento), habla maravillas del “Brujo”, dice que como profesional y trabajador, el mejor y como persona de los que dejan huella allá por donde pasan; y este personaje en concreto, en su deambular por la vida ha dejado una huella tan grande que durante muchas generaciones se seguirá aún hablando de sus gestas deportivas y personales, a pesar de que donde otros levantan monumentos para perpetuar la imagen de los grandes hombres, aquí una vez colocada la estatua, rápidamente nos olvidamos y a otra cosa mariposa.

Aún recuerda el artista los “estás perdiendo el tiempo”, “mira que tienes ganas” y ayudas similares que le ofrecían algunos vecinos con los primeros trabajos y que hoy visitan encantados esta obra del tesón de una persona humilde que consideraba un deber y una obligación devolver el favor por tantos días de alegrías que había vivido gracias al “Brujo”.

Dicen que algunos vecinos que cada 27 de febrero se escucha cierta algarabía inexplicable en la pequeña parcela de hierba que hay al lado del jardín, y algunos juran incluso, que se oyen voces de gente dando patadas a un balón... Algunos van más allá y afirman haber visto con sus propios ojos marcas de tacos de zapatillas de balón pié sobre la hierba; la guinda la pone uno que afirma tener en su posesión, un balón encontrado sobre la hierba una fría mañana de febrero en ese lugar, con la firma de todos los jugadores de la selección; sea como fuere y a falta de confirmación, el suspense ha quedado ahí para siempre.

La foto a gran tamaño que todo el mundo puede ver en el jardín, se la entregó a Don Joaquín una conocida de la familia Castro que se llama Rosa Mari con su dedicatoria incluida para que fuera colocada en un lugar visible, como así se hizo. Tengo que reconocer que cuando la vi, inmediatamente pensé en el “Atleti”, pero andaba yo algo herrado, pues resulta que es la camiseta que en aquellos tiempos llevaban los jugadores del Sporting; ya ves, mis primos hermanos y yo sin enterarme; claro que yo de balón pie aparte de a Quini el asturiano al que ahora se que apodaban “El Brujo” por sus poderes adivinatorios y al que yo siempre he comparado con Pirri; solo recuerdo a Gento, Amancio, Zoco y dos o tres más que ya ni aparecen en mis recuerdos.