RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

24 may 2021

E N D O R F I N A S

 


Hace ya varias décadas que algún sesudo trabajador descubrió por casualidad que el cuerpo es capaz de soportar más dolor dependiendo de las señales que envían unos receptores que todos tenemos en el cerebro, que como todos saben a veces es la pieza más prescindible de todas, y si no se lo creen, dediquen unos minutos a observar a algunos líderes políticos.

Otros estudios hablan de la relación de estos neurotransmisores con la médula espinal, e incluso con el sistema gastrointestinal, cosa esta última comprensible si recordamos alguno de esos platos extraordinarios que nos hemos zampado recientemente.

En realidad es como un diablillo que nos va indicando cada poco si lo que estamos haciendo está bien o mal, si es suficiente o hay que continuar y sobre todo, si nos proporciona o no placer, que es el meollo de la cuestión que estamos tratando; esa sensación de gusto que nos alegra el día, o al menos uno o varios minutos.

Dicen que no hay mono con esta droga natural que nos proporcionamos a nosotros mismos sin gastar un duro, pero yo ahí tengo algunas dudas, porque al generarse mediante dosis de dolor o de poner el sistema nervioso al límite, y observando las burradas que vemos a menudo incluso entre nuestros conocidos, me temo que algo de dependencia sí que crea, sobre todo cuando somos testigos de acciones compulsivas que no suelen terminar nada bien.

En uno de sus múltiples escritos, titulado “De la tranquilidad del ánimo”; ya nos hablaba Séneca de las endorfinas aunque fuese de manera indirecta, pues aunque no había tantos ni tan refinados aparatos, ya intuían aquellos sabios como funcionaban el cuerpo y la mente. Así pues hablaba Lucio el cordobés de cierta palabreja denominada por los griegos eutymia, que era una situación en que el ánimo estaba donde debe estar, ni arriba ni abajo y que en realidad hoy conocemos como estabilidad de ánimo; relajación, o equilibrio emocional que es como lo denominarían los más frikis.

De modo que aunque la gran mayoría habla de la ausencia de efectos negativos al segregarse esta sustancia, yo no puedo estar de acuerdo con todo lo dicho, ya que cuando una cosa nos gusta, buscamos la repetición de ese placer y a veces nos pasamos en la intensidad, en la calidad y sobre todo en la cantidad; y tal como se mueve el mundo, al final la perseverancia se convierte en vicio, y volviendo a Seneca el joven: “Son innumerables las propiedades del vicio, pero su efecto es siempre único: el de descontentarse a sí mismo”.



22 may 2021

LA ECONOMÍA CRIMINAL

 


No le ocurre a todo el mundo, pero en ocasiones algo o alguien que nos toca la fibra de la sensibilidad, de la empatía, de la pura verdad y solo entonces somos capaces de atisbar una ínfima parte de la realidad, una miserable porción de lo que ocurre en la vida de otras personas, que a menudo pensamos que están a años luz de nuestras vidas y sin embargo pueden estar a escasos metros de nosotros.

Si profundizamos en esos sentimientos recién adquiridos, cabe la posibilidad de que lleguemos a la conclusión de que no nos merecemos la vida placentera que llevamos, y que tal vez deberíamos pasar por las penurias que pasan otros para comprender lo deshumanizado que está el planeta.

Solo unos pocos quieren guerras, pero demasiados las sufren, pocos desean la pobreza pero demasiados pasan hambre, pocos gustan del sufrimiento de los demás, pero demasiados de un modo u otro colaboramos para acrecentarlo.

Nos queda todo tan lejos, estamos tan acostumbrados a “disfrutar” de los acontecimientos a través de la pantalla rectangular, que prácticamente nos han inmunizado contra el dolor ajeno, contra las miserias del mundo; al menos mientras sigamos teniendo una vida más o menos digna, un puesto de trabajo del que a veces renegamos, una familia, un hogar por precario que sea, podremos atisbar la oportunidad de un relativo futuro .

Hay cada vez más gente en el mundo que por circunstancias ajenas a su voluntad, se ve obligada a separarse de sus seres queridos, los cálculos son imposibles, pero podemos estar hablando de más gente deambulando por “tierra de nadie” de la que actualmente hay censada en toda Francia.

En ocasiones su única opción es coger un arma y disparar sin saber ni a quién ni el porqué; otros sin tiempo para coger sus bártulos huyen del terror que se cierne sin piedad sobre su día a día. Están los que se quedan porque nunca han conocido otra cosa y malviven en casas cuyas paredes y techos han soportado los embates de bombas a veces “amigas” esperando que tal vez mañana...

Pero el mañana no es mejor que el ayer y un día sí y otro también no hay mente capaz de soportar tanta injusticia, tanta violencia y tanto sufrimiento sin sentido y hasta los que nunca pensaron irse un día deciden que quedarse significa muerte y huir se convierte en sinónimo de posibilidad.

Al final su refugio será su cárcel de la que no podrán salir por voluntad propia; un recinto custodiado por gente con armas como las que usaban quienes les echaron de sus propios países. La ausencia de libertad, el hambre, la falta de expectativas, la ausencia de salud incluso los bombardeos sufridos en algunos campos de refugiados, son los motivos por los que algunos solicitan volver a sus países en guerra. Al menos de morir que sea en casa.

Otros con “más suerte”, consiguen paso a paso, avanzar miles de kilómetros hacia Europa, saben que por lo general allí no hay guerras y las condiciones de vida en el peor de los casos serán mil veces mejores que las que conocen en estos momentos. Pero desde tiempos inmemoriales hay una cosa que llaman fronteras y en ellas, se topan con vallas persuasivas que les impiden seguir su camino, también se encuentran con gente que porta armas y su esperanza se paraliza justo a las puertas del “paraíso”. Son países que se llaman democráticos donde se supone que gobierna el pueblo, pero ellos con quien se tropiezan es con gente armada que en el mejor de los casos les conminan a volverse por donde han venido.

La mayoría ya no tiene ni deseos, ni fuerzas para desandar el camino, a estas alturas sus estómagos están tan vacíos como sus mentes; pero no están solos, tienen hijos, padres, mujeres, hermanos y solo un legítimo deseo prevalece sobre el resto: sobrevivir.


9 may 2021

EL ANONIMATO

 


Llegó a alcanzar fama mundial en el difícil deporte del ajedrez; gracias al cual pudo viajar por todo el mundo realizando campeonatos muy brillantes, a veces obtuvo algunos resultados adversos que le hicieron recapacitar seriamente si la vida que llevaba merecía la pena.

Todo el mundo sabe que la tensión del jugador de ajedrez es muy alta y a veces aunque pueda parecer increíble, algunas partidas se ganan antes de jugarlas, pero también se pueden perder sin haber movido una sola ficha.

No era Domingo de los conformistas, más bien todo lo contrario, se había propuesto alcanzar ciertas metas y para ello ponía todo de su parte, incluso se inventaba ejercicios algunos de los cuales bien los podría haber usado la santa inquisición. Por ejemplo, se ataba una cuerda de cáñamo de esas que pican a la muñeca, sujeta a su vez con una goma lo que le dificultaba alcanzar cada pieza del tablero; en ocasiones jugaba partidas completamente desnudo sobre la nieve, otras veces ponía música a todo volumen y siempre escogía aquellas canciones que más odiaba. Tenía en fin multitud de métodos para conseguir convertirse en un hombre de hielo al que no le afectase ninguna distracción durante la partida.

En el aspecto puramente físico, era capaz de estar corriendo durante más de seis horas mientras mentalmente repasaba movimientos, rutinas y determinadas partidas de Topalov entre otros ajedrecistas famosos, al tiempo que trabajaba la nnemónica; si a eso le sumamos las horas de gimnasio para aguantar las agotadoras partidas obligado a estar sentado en una silla, deduciremos con facilidad que la jornada se le quedaba pequeña.

Pero todos sabemos que el hielo con el calor se derrite, y a veces para que haga calor no hacer falta que la temperatura sea alta, de modo que en alguna ocasión el hombre de hielo se hizo líquido sobre la silla y no fue capaz de mantener la atención necesaria para hacer frente a su oponente como acostumbraba; incluso en una ocasión perdió más de tres kilos en un campeonato pero no le dio demasiada importancia, luego cuando en un campeonato importante le empezó a molestar la presencia de un reducido público y comenzó a tener momentos de ausencia de concentración que le obligaban a exigirse mucho más de lo habitual, ya se lo pensó.

Afortunadamente se recuperó y consiguió volver por sus fueros siendo el rival fuerte y seguro de si mismo que todos conocían; vivía sus mejores momentos como deportista de alto nivel, tenía el reconocimiento del público y sobre todo de los críticos que hablaban maravillas sobre como realizaba movimientos impensables descolocando a sus rivales a veces solo con su serenidad.

Pero después de un año llega otro y luego otro más y con el tercero volvieron los demonios a anidar en su cerebro, y todo lo que no fuera la propia partida comenzó a parecerle superfluo; ¿Porqué tengo yo que aguantar las entrevistas y el acoso mediático si lo único que quiero es jugar al ajedrez? (Se preguntaba en ocasiones). Lo único que quería Domingo era llegar, sentarse frente a su rival y jugar la partida, olvidando que en este deporte como en la mayoría hay unas reglas no escritas que son más estrictas cuanta más fama tiene el jugador.

Finalmente acudió a un especialista que tras varias sesiones le dijo lo siguiente; “Ya no juega usted para sí mismo, últimamente juega para los demás y cuando uno piensa en lo que está fuera, irremediablemente pierde la perspectiva de lo que hay dentro. Cuando le damos prioridad a lo superfluo en vez de a lo esencial, es difícil pensar con claridad sobre los movimientos a ejecutar porque estamos intentando descubrir lo que los demás esperan que hagamos y al final nos encontramos con que ante una partida no juega usted solo, sino que le están acompañando aquellos a los que dedica sus pensamientos y así es prácticamente imposible concentrarse como se debe. Ahora saque usted sus propias conclusiones y vuelva el miércoles”.


5 may 2021

NEGADOR

 


NEGADOR: Que niega o refuta lo que se afirma


REFUTAR: Rebatir con argumentos o razones lo que dice otra persona.


REBATIR: Oponerse a una cosa con razones y argumentos.


OPONER: Proponer una razón contra el dicho de otra persona.


PROPONER: Plantear argumentos en pro y en contra de una cuestión.


ARGUMENTO: Razonamiento empleado para demostrar algo.


RAZONAMIENTO: Acción y resultado de razonar.


RAZONAR: Usar la razón o la inteligencia para exponer ideas.


Exponer una cosa razonándola con argumentos.


EXPONER: Explicar el sentido de una palabra una doctrina o un texto para dar a conocer algo.


EXPLICAR: Exponer claramente una cosa para hacerla comprender.

Llegar a comprender los motivos o el proceso de algo.


COMPRENDER: Encontrar justificados los actos o sentimientos de otro.


ENCONTRAR: Poner a una persona o cosa frente a otra.