Llevaba no se si unos
días o solo unas horas viendo por las redes comentarios sobre un
deportista que al parecer del articulista, fracasó en el mundial de
Londres, cuando yo pensaba que asistir ya era en sí mismo un logro;
he sido débil, me ha podido la curiosidad y atraído por los
titulares me he leído el artículo entero.
Confieso que me ha
costado, porque nunca me ha gustado mucho la gente que utiliza la
descalificación como base de sus artículos, y menos citando trabajadores que se esfuerzan día a día para conseguir sus metas, como
en esta ocasión.
El atleta en cuestión se
llama Eusebio Cáceres, y aunque no conozco su trayectoria, me
imagino el camino recorrido para llegar donde está y veo mucho
sufrimiento, mucho tesón y mucho desgaste que son cosas que duran
mucho más que la alegrías.
He tratado de comprender
el motivo de tan airados comentarios y confieso que no lo he logrado.
No puedo decir que este señor me haya defraudado de continuo, porque
aunque seguramente será muy conocido de todos, en mi caso y
sinceramente es la primera vez que leo un artículo suyo.
Hablar de fracaso cuando
un atleta logra llegar a un campeonato del mundo, me parece excesivo;
aludir como explicación a la genética delicada o debilidad
sicológica me parece a mí muy aventurado, incluso aunque haya
tenido lesiones, porque son muchos los factores que intervienen en el
proceso y me temo que solo el atleta, su fisioterapeuta, su médico y
tal vez su entrenador sepan por donde van los tiros. Realizar tres
nulos que yo sepa no es la forma más pobre de caer eliminado; la
forma más pobre que yo sepa es abandonar y peor aún abandonar con
engaños.
Solo el saltador podía
saber como se encontraba y ni el articulista ni yo podemos meternos
en su piel en aquellos momentos. Con toda seguridad, el deportista
eligió la opción que creyó más idónea, incluso tal vez con dudas
como es natural y esa decisión es solo suya. ¿Qué hubiera escrito
si hubiera logrado una medalla?. La diferencia no es tanta, a veces
esos milímetros que menciona, nada más.
Eusebio Cáceres,
manifestó sentirse en buena forma y también es castigado por decir
la verdad. Tal vez el supremo escaparate que se cita en el artículo,
sea ese lugar al que el articulista nunca ha llegado por muchas
canciones y letras que haya escrito, porque a pesar de todo
administrar la fama desde el pesimismo, a veces te lleva a escribir
artículos como el citado. Ha confesado el articulista en alguna
ocasión que se considera ciclotímico; tal vez en el momento de
escribir el artículo le pilló en un momento de bajón y la mente no
le respondió como debiera.
¿Ya se ha vuelto usted
de hierro? ¿Si?, pues me imagino que podremos leer ya sus
artículos sobre el estrepitoso fracaso ayer de Usain Bolt, el de
Contador en el Tour, el de Nadal cuando no ha ganado, o el de
Muguruza esta misma mañana. ¿Los ha escrito ya? ¿No?...
Yo creo que el
articulista en esta ocasión, ha viajado al mundo del deporte con
exceso de soberbia, y se me antojan demasiadas letras para tan soso
contenido; pero supongo que es la consecuencia de una posible
inestabilidad emocional que le ha dado impulso para saltar desde
demasiado arriba.
Echo de menos en el
artículo que no haya recomendaciones del tipo: “Señor Cáceres,
debería escuchar usted cien veces esa canción que hizo popular el
dúo Dinámico titulada “Resistiré”.