RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

16 mar 2020

HASTA LA CORINILLA


Queridos seres humanos; para estos días de aflicción en los que a muchos se les tuerce el gesto y a otros les arruga el morro cada vez que ven su último modelo de zapatillas en su caja sin estrenar; he preparado unas pautas sencillas para pasar el trago que si hacéis el pequeño esfuerzo de cambiar las pilas será, fructífero, sabroso y hasta asombroso.

Pocas veces tenemos la oportunidad de cambiar cosas en nuestras vidas por propia voluntad, nos aposentamos en la estúpida felicidad de hacer todos los días lo mismo, de practicar obsesivamente las mismas rutinas, de modo que cuando nos encontramos con situaciones como esta, quedamos inmediatamente fuera de combate sin haber siquiera trepado al cuadrilátero.

Siempre hemos querido poder estar sobrados de tiempo para hacer esto o aquello, y ahora tenemos la gran oportunidad, de modo que recuperemos viejas costumbres, dejemos a un lado los móviles, las tabletas y las redes sociales y volvamos a las charlas con nuestros familiares, con nuestras parejas, con nuestros perros y gatos; ahora tenemos la oportunidad de hacerlo sin prisas, disfrutando de la lentitud (todos recordamos esos besos de urgencia de hace unos días).

Como somos muchos y desemparejados, nos encontraremos con que unos dirán que sí, otros que no y otros digan lo que digan, harán lo que les de la gana, de modo que como norma general, intentemos no perjudicar a los más débiles.

A nivel físico hay un montón de actividades que nos permitirán no bajar demasiado el pico de forma, preguntad a vuestros entrenadores, y si no los tenéis, utilizad el sentido común, pero sobre todo no os volváis locos por estar un tiempo sin salir a machacar el cuerpo; a más de uno seguro que se lo agradecerá y la respuesta posterior será muy beneficiosa. Pero lo que debemos trabajar ahora (y siempre) es la mente, esa tipa que nos saca de apuros cuando el cuerpo dice basta, la que nos permite aumentar el ritmo cuando estamos muertos, la que nos facilita terminar cuando ese diablillo que tenemos dentro del cerebro nos dice “déjalo ya bobo”.

Intentemos vivir sobre todo sin miedo, porque el miedo perturba el ánimo, y baja las defensas, cosa que por supuesto no nos interesa y menos ahora; ¡ojo!, eso no implica de ningún modo dejar de ser precavidos. Desempolvemos el uso de la imaginación, y si no fuera posible, siempre tendremos el parchís, las damas, el ajedrez, o cualquier otro juego que aún conservemos y sobre todo lectura, mucha lectura, tampoco estaría de más coger el boli o el lápiz y escribir (como terapia va de cine).

Correr está bien, es sano, a menudo ayuda, pero AHORA, es el momento de encontrarse a uno mismo, de calmarse, de purificarse, de respirar profundo y de resolver esos pequeños conflictos que siempre dejamos para mañana. Pero sobre todo es la ocasión perfecta para discernir lo que es importante en la vida y lo que no.

En otro orden de cosas, es también el momento de dar calabazas a vuestras parejas deportistas, el sésamo o el tofu también van bien para la motivación, porque estos y otros alimentos son ricos en tirosina, un aminoácido que incrementa los niveles de energía, así como la motivación, y quién lo iba a decir, hasta el rendimiento deportivo.