RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

10 ago 2022

Breve historia de TAA

 

 

Parecía un hombre tranquilo; más bien debería decir un muchacho tranquilo; aparentemente su forma física era impecable, aunque un pequeño gesto delataba algún asunto en la rodilla que ocultaba la cara de felicidad con la que llegaba al pueblo de Espinama a los pies de Fuente De.

Dijo llamarse “Taa” (me lo hubo de repetir tres veces hasta que lo pillé); hablaba un fluido castellano, pero venía directo de París haciendo el camino por la ruta lebaniega y algunos kilómetros de más que el chaval añadía a diario por aquello de aprovechar el viaje; que ya se sabe, una vez puestos lo mismo da treinta que setenta.

Doy fe de los añadidos, puesto que yo mismo le acompañé tras una copiosa comida en el Hostal Remoña (que los que lo conocen ya saben como se las gastan por allí), y un no menos copioso postre que por lo menos en mi caso más me pedía siesta que caminata; pero a veces no hay que hacer caso de los refranes y al pelo venía aquél de: “La comida reposada y la cena paseada”.

La ruta la tenía perfectamente planeada y cumplía a rajatabla lo establecido en el guión, a saber dieciocho etapas desde Irún hasta León y el resto tras una estancia de dos o tres días lo planearía en entre visita y visita a los distintos monumentos de la ciudad legionense con un par de amigos que se sumarían al camino. Luego estaban los añadidos, como hacer el vertical de Fuente De, subir al Pico Gilbo a su paso por Riaño y cosas así.

Sea como fuere por aquello de ser educado con el francés, y puesto que el azar nos hizo compartir mesa en el Remoña a pesar de que su primera idea era visitar “cabaña Verónica”; decidí acompañarle en uno de esos suplementos hasta el refugio de Áliva con la idea de enseñarle ese casetón rojo que llaman algunos el “chalet real” porque al parecer lo inauguró un coronado de esos que aún mantenemos en este país; sea como fuere, gusto verdadero da apreciarlo desde cualquier ángulo.

No se muy bien calcular edades, pero yo juraría que andaría entre los dieciocho y los veintidós, tal vez del medio para arriba, pues él mismo me dijo que todo el mundo le quitaba siempre años (como me sucede a mí, dicho sea de paso).

Hablaba maravillado de todo lo que se había encontrado por el camino y no es para menos pues la montaña nada tiene que ver con el llano que encontraría por ejemplo de Burgos a León; la del Remoña era su primera comida seria (de plato en mesa decía el francés); y prometía volver por el Hostal en otra ocasión solo para deleitarse con las viandas y postres de los que disfrutó sin saber que aún había en las calderas, cosas que ni se podía imaginar.

Tenía ganas de vivir, y mucha curiosidad por charlar con ancianos y personas que se iba encontrando en el viaje; en realidad por lo poco que pude escuchar, esa curiosidad ya le venía desde la más tierna infancia; pues aparte de ser un experto en reconocer iglesias de todo el mundo solo con ver una foto y con nada más ni nada menos que dos añitos; era un amante de cualquier cosa que se pudiera hacer con una navaja y un trozo de madera, oficio aparte de algún que otro invento, al que dedicó parte de su tiempo libre entre cole y cole.

Hablaba mucho de “Ii”su abuelo; recordaba los juegos en su niñez entre gallinas y laberintos hechos a propósito entre los arbustos y entre bosques de bambú; no olvidaba tampoco la primera vez que extrajeron la miel del panal que “Ii” tenía en alguna parte y otras muchas anécdotas más que no entrarían en este breve resumen, pues al chico, parecía que le habían dado cuerda y no paraba de hablar.

No me atreví a preguntarle por esos nombres tan cortos, y llegué a pensar en alguna extraña región de esas donde hay castillos colgantes, grutas profundas y ciudades medievales por doquier. De modo que “Ii” el abuelo y “Taa” el nieto y ya puestos a adivinar igual su abuela se podría llamar “Clo”, su madre “Of” y su padre “Ed”. Ganas me dan aún de acercarme hasta finisterre (Fisterra para los galegos) que es lo próximo que quería hacer tras pasar por Santiago para salir de dudas.

 
Aquí algunos de los sitios de los que disfrutó...