RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

14 ago 2022

DOCTOR GAVINO

 

 Cuando lean ustedes Avilés, tengan en cuenta las mayúsculas, no vayan a pensar que estamos hablando de esa provincia alejada de León y próxima a Madrid, que tiene sus encantos, pero ni un centímetro de mar.

Nada o poco desvelaría si les hablo de presencia de romanos en la ciudad, por aquello de que nunca hasta su declive supieron estarse quietos y raro es el lugar por donde no anidaron en su perenne deambular.

Tampoco se las den ustedes de viajeros y empiecen a caminar con la imaginación rumbo sur hasta la pedanía del mismo nombre; aunque si les gusta el vino, dicen que por allí lo hacen bastante bueno, solo que se encontrarían con que tiene aproximadamente mitad de superficie que habitantes tiene el Avilés del que les quiero hablar y sobre cuatrocientos habitantes.

Es el caso que yo me disponía a visitar a un familiar al tiempo que mi acompañante hacía lo propio con una amistad y ya de paso, hacer un poco de escalada y otro poco de equilibrios sobre una tabla algo más grande que la que mi vecina usa para planchar.

Salimos con calma y el viaje resultó tan tranquilo como de costumbre y es que las carreteras ya no son lo que eran y hoy día con un coche normalito llegas a cualquier parte. Al llegar nos separamos y cada uno fue donde había quedado, en mi caso al barrio donde vive mi tía.

Fue una jornada agradable en la que descubrí alguna fotografía en blanco y negro que me llamó poderosamente la atención, pues los personajes en ella representados me eran muy, pero que muy familiares. Sea como fuere llegó la hora de la despedida y justo cuando estaba saliendo me dio por preguntar a un señor por donde tenía que coger para ir al Ayuntamiento.

Fui a topar con un galeno de nombre Gabino, natural de la ciudad y buen conocedor de la misma que se ofreció amablemente a enseñarme los lugares más emblemáticos de la misma, o al menos los que nos diera tiempo porque había quedado más tarde en la playa “de las anclas”.

Un pozo de sabiduría el tal Gabino, pues no paraba de citar comentarios sobre este o aquél edificio al tiempo que de pasada realizaba algunas críticas sobre ciertas construcciones que acertadamente parecían destrucciones de bellos edificios antes de sus reformas, pero ya se sabe como se las gastan nuestros políticos dilapidando lo que a muchos les cuesta sangre entregar en forma de impuestos.

Paramos a tomar un cacharro y el hombre se soltó aún más en plan confidente, pero de aquello nada puedo mentar por aquello de la información reservada; esa que se guardan muy bien algunos gobiernos de publicar demasiado pronto.

No da para mucho más este relato sin que me la juegue, que bastante prisioneros nos tienen al aire libre como para dejar que por unos comentarios me encierren entre cuatro paredes.

Simplemente gracias Doctor Gabino por sus cultos y actualizados relatos sobre la historia y vida de su ciudad 

Perdón "Gabi", que se me había pasado lo del tuteo.