Parece que fue ayer... se repite a menudo, y no siempre acertadamente; en este caso, ayer fue hace ya hace tres años.
Edición tras edición, los adictos al desafío son más y mejores como han demostrado este año desde los primeros a los últimos.
Por contra, las dificultades no desaparecen incluso a veces se repiten y los "manos sucias" intentan dejar su firma año tras año, pero no lo tienen fácil, porque cuanta más energía consumen los malhechores, más se une el resto al que el trabajo extra no parece molestarle, de modo que entre unos y otros, kilómetro a kilómetro, paso a paso van solucionando inconvenientes,como quien cose.
Al final todos quedan en evidencia, pero unos por hacer daño y otros por poner lo mejor de sí mismos cada año derrochando generosidad minuto a minuto.
En cuanto a la carrera, de la corta poco puedo decir, porque la noche me tragó y no pude dar con el camino correcto. Otra cosa fue la larga de la que intento dejar una muestra del personal y de parte del hermoso recorrido.
Decir que las fuertes rachas de viento pusieron un plus de dureza a la ultra, pero esta gente está hecha a prueba de balas y gracias a la paciencia y la sabiduría montañera van dando un paso tras otro hasta llegar a meta, y si alguno no lo consigue, no será por falta de intentarlo; incluso algunos lo consiguen y deberían de haberlo dejado para otro momento, pero ya lo dije al comienzo, no son gente normal (excepto una), son adictos y la adicción aquí no se paga con la moneda de cambio habitual, sino con kilómetros.
Fin.
