El primer plano de aquél
famoso cuadro del hijo devorado por Cronos, (según
la mitología para que no le destronaran, cosa que sucedió
finalmente) ilustraría muy bien lo que está ocurriendo a
día de hoy entre la troika y Grecia, sin olvidar que el resto de
países hacen cola y serán objeto de medidas semejantes antes que
después.
Llevamos meses asistiendo
impasibles al linchamiento de un país que es lo mismo que decir al
linchamiento de su población.
Llevamos meses escuchando
lo malos que son los griegos, y la cantinela de que hay que pagar la
deuda por mucho que haya quedado más que demostrado que el dinero
llenó los cofres de la banca y vació los bolsillos de la población
(90% deuda privada 10% pública).
Llevamos meses de
amenazas y de hacer ver a los ciudadanos europeos que los del
eurogrupo, la troika o quienes quiera que sean, se pasan por el forro
esa cosa que llaman democracia y actúan con tal saña que ya es
evidente para todos que lo único que les excita es el negocio y
pisotear al personal.
Tampoco estos nos
representan, por mucho que crean tener la sartén por el mango; ya no
es un secreto que este simulacro de crisis tenía como objeto salvar
a la banca y élites financieras afines y que nadie en su sano juicio les pondría a los mandos de
ninguna empresa salvo para venderla a saldo.
Esta vez el golpe no ha
sido militar, aunque se le parece mucho, no solo han intentado
derrotar al enemigo, sino que como buenos estudiosos del arte de la
guerra, buscan rematarlo; dejar el mayor número de heridos posible y
que el sufrimiento sea terrible para que nadie olvide; para los
neoliberales, los beneficios siempre estarán por delante de las
personas.
Es harto difícil
descubrir las verdades dentro de tantas mentiras; ahora se habla de
claudicación, de derrota, de caída y a tenor de las sonrisas de
hiena en algunos eurodiputados al menos ellos piensan que así ha
sido.
Tal vez tengan razón, y
de ser así los vencidos no serán solo los griegos, sino toda la
clase popular europea; no obstante, puede que después del sacrificio
lleguen los héroes, y ahora que los pueblos ya saben a qué clase de
mafia se enfrentan, ahora que ya sabemos que no van a mover un dedo
por nuestra supervivencia y que solo les mueve el criminal negocio,
ahora, tal vez ahora estemos más cerca de derrotarles, porque de no
ser así, poco aire nos queda por respirar en esta Europa en venta.