En algunos de mis
artículos, se nota la poca influencia que ejercen las medallas en mí
como entrenador, lo que puede parecer una contradicción. Pero que un
atleta no las busque, no quiere decir que no las consiga o que
renuncie a ellas cuando caen en su poder.
Lo de olímpico se aplica
a los juegos que los antiguos griegos celebraban cada cuatro años;
también al período que hay entre un juego y otro. El olimpo es la
morada de los dioses. Pero el concepto que a mí más me interesa es
el que nos da el diccionario sobre Estar en el Olimpo, que traducido
al castellano viene a ser: “ensimismarse o apartarse de la
realidad”.
Toda la parafernalia que
se da cada vez que tenemos año olímpico, va en el sentido de esta
última definición y hace ya mucho tiempo que estoy convencido de
que los juegos se apartan efectivamente de la realidad deportiva para
convertirse los juegos de la economía, la política y a veces del
disparate.
Una vez más el meollo
del asunto es cuántas medallas conseguirá España, y al parecer al
menos en esta ocasión no parece que vayamos a alcanzar las más de
20 medallas que auguraban algunos, lo que implica que a continuación
hablaremos de decepción, de fracaso, de mala preparación de algunos
deportistas e incluso falta de ambición en algunos.
En lo que me toca más de
cerca, que son los 20kms marcha, las cosas no han salido como todos
esperábamos y lo que resulta bastante curioso es que de los tres
representantes españoles, no hubiera uno solo al que le salieran las
cosas como tenía previsto. Pero... ¿fracaso? ¿decepción?, ¿mala
preparación o falta de ambición?, ¿en qué piensan los periodistas
o los locutores cuando utilizan estas palabras?. Si ha habido algún
fracaso habrá sido en la falta de rigor de ciertos periodistas
ansiosos por vender los juegos utilizando las medallas como moneda de
cambio; algo que, todo hay que decirlo no han hecho los buenos
periodistas, que han citado historiales, posibilidades y sobre todo
realidades.
Por citar al mejor de los
tres españoles participantes en Río, Miguel Ángel López, ¿acaso
alguien piensa que no hizo todo lo que pudo? ¿Es que al no resultar
ganador de la prueba como se había vendido por todas partes, no
merece ya nuestros aplausos?.
Al parecer nos resulta
muy sencillo olvidarnos del esfuerzo, cuando ese es el principal aval
de cualquier deportista que se precie. Casualmente esta vez he sido
testigo directo del esfuerzo de Miguel Ángel; he visto como sudaba
en las series o en los rodajes; he visto como hacía su trabajo sin
racanear, sin doblegarse al cansancio ni a las adversidades, y es ahí
donde para mí está la verdadera medalla.
La otra a veces por las precarias circunstancias que viven los deportistas españoles, se hace necesaria si se quiere continuar en esto, y ese es el verdadero problema del deporte en nuestro país, que solo de entrenar viven un número muy escaso de deportistas, por supuesto siempre que no tengan lagunas en su vida deportiva que les corten las ayudas cosa muy rara en deportistas de élite.
La otra a veces por las precarias circunstancias que viven los deportistas españoles, se hace necesaria si se quiere continuar en esto, y ese es el verdadero problema del deporte en nuestro país, que solo de entrenar viven un número muy escaso de deportistas, por supuesto siempre que no tengan lagunas en su vida deportiva que les corten las ayudas cosa muy rara en deportistas de élite.
Miguel Ángel es además de aún muy joven, uno de nuestros
atletas con mejor trayectoria, uno de los deportistas más fiables,
campeón de España, campeón del mundo y no se cuantas cosas más
que muchos parecen haber olvidado este 12 de agosto.