RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

8 nov 2018

ESTO FUNCIONA



Estoy escuchando una de esas abundantes y generosas músicas relajantes, estimulantes y hasta reconfortantes que tanto pululan por la red; reza el título “Música para relajar el cerebro, la mente, tonificar el cuerpo y eliminar las energías negativas”.

Yo me conformo con lo de “tonificar el cuerpo”, ya se va uno cansando de poner parches eléctricos que no veo yo formarse tableta ni padiós y mira que van ya tres años enchufando el cacharro.

Ceferino va marcando línea dura por el barrio que parece que cualquier día se le va a romper la camiseta de tanto que se le estira, del pantalón casi no se que decir pero de tan pegado como lo lleva, parece que se lo hubieran pintado y no se que parece cuando se pone esos zapatos de terciopelo azul que no le pegan nada con la bola de billar que tiene por cabeza.

Diez años lleva el niño metido en el gimnasio día sí y día también y no veo yo que se vuelvan las nenas a mirarle como al Ramiro, que ese ni gimnasio ni dios que lo fundó, que dice que lo suyo es el sillónbol y no hay quien le meta prisa ni para cobrar a final de mes, que ya le vale.

Yo empecé con los parches eléctricos por culpa del Ceferino, que era un esmirriao de aquí te espero y en menos de nueve meses ya tenía pinta de poder levantar un coche el solito, y aunque coches, no se si levantaría alguno, lo que si levantó fue la novia al del cuarto, que mira tú por donde, fue el que le aconsejó lo del gimnasio. Ya se sabe de agradecidos están llenos los caminos, aunque de cuando en cuando una piedra te lleva del duro suelo y a la fría realidad.

Un día me dormí con los parches puestos y por la mañana me temblaban tanto las piernas, que no era capaz de ponerme en pie, para cuando pude, en menos de tres pasos, del tortazo que me pegué conseguí tres semanas de baja que tampoco estuvo mal y desde entonces por si acaso pongo la alarma, que no hace ninguna gracia romperse la nariz aunque luego tengas vacaciones.

El caso es que como decía ya me estoy hartando, de modo que he tirado el aparato a la basura y no lo vais a creer, pero desde que escucho música estoy mucho más tranquilo, tan concentrado en la música que no tengo malos pensamientos y aún no me he atrevido a mirarme al espejo pero me da, como que tengo menos barriga. Anda que si funciona no me voy a reir yo niná del Cefe y su ropa ajustada, que ahora que lo pienso igual es que no le da para comprar ropa nueva y con lo del ensanche muscular, pues claro solo gasta tallas pequeñas.

Ya van unos días que la Rosaura me mira así como queriendo; y es que desde lo de la música, en el curro estoy siempre con los cascos puestos. La verdad es que estoy requetecontento, verdaderamente, ESTO FUNCIONAAAAAAAAAAAAA.