RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

21 ene 2025

Marcharse

 


Definitivamente a lo largo de una vida, pasan cosas curiosas que llaman la atención poderosamente; en una de nuestras largas charlas te contaba como estando pateando las calles de París en una época de cambio para nuestro país tras la muerte de Franco; me encontré con un escenario que pude reconocer perfectamente a pesar de no haber estado nunca allí.


Sabía lo que me iba a encontrar a la vuelta de una esquina, un edificio de ladrillo rojizo, junto a un portalón de madera pintado de verde con un cartel de colores vivos al estilo de aquellos que recorrían España durante la guerra civil; una nave enfrente con los mismos ladrillos, pero con las puertas metálicas y oxidadas por el tiempo, y lo más increíble, un señor con un bigotón enorme tras la cristalera de una tienda de artículos varios. Pero, ¿cómo es posible? Me pregunté.


Esta mañana ha vuelto a suceder lo imprevisible; estaba deleitándome con mi música preferida; finalizado el turno de “L’enfant sauvage”, (el niño salvaje), comenzaba otra de mis preferidas, “In Paradisum”, cuando me lo comunicaron... ¿has visto?... y no, no lo había visto, no sabía nada, y no me lo esperaba; al parecer te habías ido, ya no estabas compartiendo alegrías y penurias en este mundo de mortales, de amigos y traidores, de amores y desamores, de nidos vacíos, o como tú repetías a menudo, un mundo de lucha constante entre caerse y levantarse.


Treinta y un años no dan a menudo para mucho, pero espero que hayas podido atesorar lo mejor y poner el resto donde corresponde, porque como ya sabías desde hace tiempo; hasta de lo peor podemos obtener beneficios si sabemos gestionarlo adecuadamente.


Te encantaba sacar conclusiones de aquellos famosos programas de “El loco de la colina”; a veces enviabas sus vídeos, o los de Pepe Mújica; y no había cosa de la que no obtuvieses algún tipo de aprendizaje para aplicar a tu vida personal, porque tenías la imperiosa necesidad de aprender, de entender, incluso de vivir.


Como otros muchos, estabas muy desencantado con la deriva que llevaba el mundo pero, sobre todo “tu especialidad”, no obstante, intentabas adaptarte a las circunstancias y seguías en la pomada, siempre preocupado por encontrar la mejor manera de alcanzar tu máximo nivel.


Últimamente ya pensabas en algo más que el deporte y me comentabas que currabas los fines de semana para ganarte un jornal en un bar y que aunque no era lo tuyo, el jefe te trataba muy bien; pero había que formarse tal vez en un oficio de los tan demandados hoy día para ganarse el sustento. No te dio tiempo.


Lo que no te habrías imaginado jamás es todo lo que ha desencadenado tu marcha, y te reirías un montón con las cosas que cuenta la gente en los medios, aunque si algo te tengo que decir, es que me consta que hay compañeros de viaje que lo sienten de verdad y lamentan que no hayas podido cumplir todos tus sueños.


Pero… eso ya lo sabias ¿verdad?