RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

5 ene 2016

INCOHERENCIAS


Parece cada vez más evidente, que no solo somos lo que comemos o lo que pensamos, sino cada vez más lo que nos dicen que debemos comer o lo que nos invitan a pensar.

“¿Quieres tener unos abdominales de infarto?  Nada más fácil, te proponemos un remedio para que lo consigas en tres semanas…” “Aquí tienes un plan increíble para correr la maratón en menos de cuatro horas…”

Frases similares a estas son tan frecuentes en las revistas, en la red, o en cualquier otro medio, que cuesta entender que existan tantos creyentes, hasta el punto de que si seguimos por este camino las recetas milagro para adelgazar no serán nada comparado con las que hay para conseguir la excelencia deportiva.

El mundo se mueve al compás de la economía y las personas son utilizadas sin reparo y sin tener en cuenta las consecuencias con tal de aumentar el nivel de ventas de una revista, de cualquier material deportivo o de demostrar nuestra sapiencia.

Desde niños se nos inculca el afán de competir con el prójimo, para que de adultos, nos sintamos  obligados a hacerlo mejor que los demás, a demostrar al dios papá de qué pasta estamos hechos, es decir, de una u otra forma a ganar para colocarnos por encima del resto.

Cada vez son más los que siguen los consejos de gente que escribe para revistas, a veces con título deportivo o sin él, que no paran de lanzar mensajes casi diarios sobre la conveniencia de utilizar este o aquél método para mejorar, o invitándonos a la compra de determinado material o producto con el mismo objetivo. Y casualmente cada vez son más los deportistas que se lesionan y no en una sola ocasión, sino en varias hasta llegar a darse la peor situación de todas; la lesión crónica que en muchos casos terminará con las ilusiones del esforzado deportista.

Afortunadamente algunos de esos consejos son tan simples que no hacen daño, pero los hay que por desconocimiento, por prisas o por algún otro motivo, pintan hoy de blanco lo que antes pintaron de negro, copian frases de otros artículos quitándoles el sentido, se contradicen en un mismo artículo, o lo que es peor, dan pautas erróneas que van a perjudicar más que ayudar al lector empedernido.

Frente a este tipo de artículos, solo queda utilizar el sentido común que nos debería ayudar a vislumbrar el grano de la paja, pero sobre todo cada uno debería escuchar a su propio cuerpo, que como ocurre a menudo con muchas lesiones, nos suele advertir cuando algo anda mal, nos vuelve a llamar la atención de un modo más llamativo si no hacemos caso y finalmente nos da nuestro merecido si insistimos.