RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

22 abr 2013

E S C L AV I T U D


De esclavos, siervos y demás especies…

Esclavitud, servilismo, sometimiento, dependencia, son conceptos muy próximos que no tienen fecha de consumo preferente ni de caducidad.

El arte del sometimiento, es tan antiguo como el mundo, tan jugoso como el mejor de los negocios, tan suculento como el más extraordinario de los platos y tan eficaz como el más dulce de los perfumes.

El esclavo tiene su utilidad, pese a quien pese; y que haga todo lo que se ordena sin rechistar; tal vez tenga algo que ver en todo ello.

Visto como moneda de cambio; su valor ha variado con el paso de los siglos. Hubo una época en que era tan escaso, que como individuo, el cero era su dígito, de tal modo que vivir o morir, se encontraban en la misma cara de la moneda. Con los avances industriales, pero sobre todo con la abolición de la esclavitud, una nueva moralidad se instauró por doquier; y ahora, lo que predomina son los esclavos virtuales.

Si en teoría, nadie es ya propiedad de nadie, en la realidad la cosa cambia, y aunque no nos aten con cadenas ni nos azoten con un látigo; la mayoría estamos presos de una rabiosa actualidad económica; no en vano parece que la esclavitud va estrechamente ligada al capitalismo, que por cierto, y dicho sea de pasada, no ha nacido hoy.

Un tal “Santo Tomás”, afirmaba que es cosa natural que un hombre dependa de otro; pues se origina una especie de simbiosis, que favorece tanto al amo como al siervo. Si este es podemos decir un argumento filosófico; hay otro de carácter político-económico que viene a decir que “la esclavitud proporciona grandes beneficios” y en esas estamos ahora mismo.

Las estrategias modernas para prolongar el mantenimiento de la servidumbre, han dado sus frutos (no en vano la esclavitud fue un excelente aprendizaje para los negreros) y desde luego, nada tienen que ver con los métodos utilizados en otras épocas.

Una de las más grandes mejoras conseguidas en los últimos lustros; patrocinada por el propio estado, con ayuda de los grandes medios, es la posibilidad de elegir a nuestros nuevos amos.

Hoy día, es tritemente habitual, estar atrapado “con todas las de la ley”; ahora que ya no hay ataduras visibles; hay campañas imperceptibles al ojo humano, que poco a poco nos van privando de la poca libertad que nos queda; transformándonos, de ciudadanos-basura, a siervos del poder o lo que es lo mismo esclavos del capitalismo moderno.