El deportista y la
dieta
A veces se escucha en la
lejanía, el sonido de una campana, sin saber muy bien de donde
proviene, o mejor dicho, donde está ubicada; pues bien, siempre
habrá algún iluminado, que sabrá, el origen, el peso del badajo y
si me apuras, hasta la composición exacta del metal.
Ocurre lo mismo con las
dietas modernas para deportistas y no deportistas. Hay personas, que por un módico o no tan módico
estipendio, lo mismo te quitan los kilos que los mocos, te ponen en
forma en menos de una semana o todo a la vez.
Sobre métodos tal vez no
haya nada escrito; pero no será porque no nos lo hayan dicho,
aquellos que dominaban la sabiduría popular, aquí van dos muestras:
“Desayuna como un
rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”
"Menos plato y más zapato"
"Menos plato y más zapato"
En la dieta del
deportista, se conjugarán palabras como: “desgaste físico”
“consumo energético”, “características del individuo”,
“ingesta”, y otras similares, pero al final, para cuadrar el
balance adecuadamente, solo hay dos factores a tener en cuenta, que
son ingresos y gastos; todo demás irá a una de estas dos columnas.
Hay personas que reducen
considerablemente el aporte de calorías, con lo que en unos pocos
días ya están excitados porque notan “algo”.
Otras mantienen un único
producto como base de su alimentación diaria, como por ejemplo comer
solo peras. Una cosa es una limpieza, una depuración; y otra
confundir eso con una dieta de adelgazamiento.
Dicen que hay lugares
donde hasta el más tonto hace relojes, y no dudo que sea cierto,
pero otra cosa bien distinta es que luego den la hora buena.
Vivimos en el siglo del
“intruso”, y en los asuntos de dietas no iba a ser distinto, los
“trileros” y estafadores, pululan a sus anchas en revistas, en
programas dietéticos y aparecen incluso en la tele, bien vestidos,
bien maquillados con aspecto de saber de qué va la cosa;
consiguiendo que los súbditos del engaño se conviertan en legión.
Yo no voy a ser menos y
voy a descubrir aquí mismo cuales son las claves para una dieta
perfecta, pero sin inventar nada que no sepa la mayoría.
Al igual que en un buen
plan de entrenamiento, debemos conocer las características propias
de cada individuo, con las dietas ocurre igual, a todos no nos
engorda lo mismo. ¿Os suena? “el condenado, come como una lima,
y ahí le tienes delgado como un fideo”.
Dejando a un lado que
cada día se nos hace más difícil encontrar alimentos sanos de
verdad; y que es posible que nuestro organismo, esté trabajando ya
desde hace tiempo en un nuevo plan de adaptación a las cada vez más
extrañas sustancias que encontramos a diario en cualquier tipo de
alimento; vamos a dar las mejores pautas para una dieta saludable:
- La primera, es la más importante de todas. Los que puedan permitírselo, que pasen de dietas.
- Si no pueden dos consejos muy sencillos:
- Equilibrio en la alimentación y en la vida.
- Calma en la vida y masticar despacio la comida.
- Si aún hay quien quiere rizar más el rizo:
- Dar preferencia a los productos locales, eso evitará la ingesta de alimentos fuera de temporada con sus “añadidos”.
- Evitar abusar de fritos. (no confundir, abuso con prohibición).
- Evitar abusar de dulces, incluso en bebidas.
- Evitar abusar de grasas.
- Encontrar algún ejercicio físico que te guste y disfrutarlo con moderación.
- Si aún no tienen suficiente; no cabe duda; lo que buscan es una dieta “milagro”; en ese caso; solo necesitarán mucha fe y una gran dosis de estupidez.