ORO BAJO
Entre las propiedades del
oro, no podemos dejar de destacar tres de ellas: es maleable, es
dúctil y pesa mucho más de lo que aparenta.
En lo personal, maleable,
se refiere a aquellos que son influenciables, y que se dejan llevar
fácilmente por otros; dúctil, nos señala aquellos que son fáciles
de moldear y de manejar; y por último, pesado, nos habla de aquellos
que son lentos y torpes.
Viene esta introducción
a cuento de quienes tienen como objetivo en su vida conseguir el oro.
La historia de la
civilización está plagada de buscadores de oro, pero sobre todo
de gente desilusionada por no conseguirlo. Son personas que van
perdiendo confianza en sus posibilidades, que van mermando centímetro
a centímetro como si fueran viejos prematuros; siendo sin embargo a
menudo increíblemente jóvenes o bien maduros y con grandes
experiencias en esto de la vida.
Hasta el más humilde de
los hombres, tiene alguna meta en su vida, es algo inherente a la
condición humana, y mientras unos piden salud, y otros tranquilidad,
hay quienes solo piden oro.
Les hay que lo encuentran
enseguida, y lo ponen a buen recaudo en sus vitrinas o en lo más
alto de los armarios, y así lo van amontonando, convirtiendo con
cada pieza nueva a las anteriores en objetos de poco o lejano valor y
ningún uso.
Sin saberlo, y sin tan
siquiera desearlo, han ido aparcando los valores más loables y se
han quedado exclusivamente con lo que para ellos se convierte en el
único objeto de deseo social y personal a un tiempo; ese oro que les
elevará a lo que ellos ven como el único objetivo en su vida.
Sea como fuere, y a pesar
de existir diferentes niveles entre esos buscadores de oro, son muy
pocos los que encuentran satisfacción al final de sus vidas, pues o
bien el punto de mira estaba ligeramente desviado, el objetivo no era
finalmente tan importante como pensaban, o nunca encontraron un solo
pedrusco que proporcionara satisfacción a tanta búsqueda frustrada.
Algunos lo encuentran, y
lo muestran orgullosos con los brazos en alto para que todo el mundo
sea testigo de su hazaña. De entre estos unos pocos sienten que ya
no les queda nada más importante que hacer en la vida; otros no le
darán importancia, pues saben que no han hecho sino completar una
etapa más en su vida; pero en lo que respecta a la gran mayoría, no
pasará mucho tiempo sin que se den cuenta de que ese oro de tanto
brillo, era en realidad eso que llaman “oro bajo”, es decir oro
de escasa calidad.