Dicen que cualquier
tiempo pasado fue mejor, y aunque me suena a lamento; puedo llegar a
comprender que alguno lo piense y esté deseando volver cincuenta o
cien años atrás para poder disfrutar de aquella época.
Los sueños suelen ser
egoístas, puesto que incluso cuando se trata de salvar a la
humanidad, el protagonista siempre se llama ego.
Alguien muy próximo, me ha comentado varias veces que le hubiera gustado vivir la
época medieval para luchar contra los terratenientes, los nobles,
los reyes y los cobardes que les ayudaron a empobrecer aún más este
mundo que habitamos.
Mi amigo Mario hubiera
querido ser el “héroe” de la capa azul con la idea de mantener un medio ambiente razonable, con su aire limpio, sus
plantas y animales lejos del peligro de extinción al que se acercan
peligrosamente.
Domingo también hubiera
deseado ser un hombre poderoso para frenar la
destrucción de tanta seña de identidad popular con siglos de
antigüedad solo por dinero o afán de protagonismo.
María hubiera querido
ser juez para conseguir llevar a la cárcel a tanto colega y político
corrupto campando a sus anchas por los salones de los edificios
públicos y por los despachos de los bancos más conocidos de la
ciudad.
Cristina se hubiera
conformado con dar clases de ética a los niños para que quienes con
el tiempo ejerciesen de empresarios, lo hicieran pensando en el
negocio por supuesto, pero también en hacer partícipes de la buena
marcha de la empresa a los trabajadores con un sueldo y un trato
dignos.
Rafael toda su vida soñó
con ser el papa que terminase con eso que el llama “apisonadora
moral y farsa religiosa” aplicando normas básicas, como amor
verdadero por el prójimo, respeto y tolerancia con otras creencias.
Susana que siempre se
veía como el jefazo de los ejércitos, finalizaba sus sueños con la
destrucción de todo tipo de armamento, e instaurando la paz en el
mundo.
Dani sueña con que todo
el mundo se quiera mucho, porque es en ese estado cuando se cometen
las mayores estupideces y los mejores actos con el prójimo.
A Raquél le daba por ser
ministra de Educación para romper con los matices políticos,
religiosos e históricos con los que algunos quieren influir en los
pensamientos de los estudiantes.
Rodrigo por su parte en
esas horas nocturnas es un mandamás con tres periódicos en su haber
que se dedican solo a informar, a buscar la noticia y a decir la
verdad sin utilizar la prensa para sus fines comerciales, políticos
o ideológicos.
Yo, por mi parte solo
sueño que sueño, pero cuando me levanto, nunca recuerdo lo que
soñé.