RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

5 may 2024

El camino de la vida

 


Casi todos caminamos en el sentido físico del término, pero solo unos pocos saben defenderse a través de los recovecos que nos encontramos en nuestro recorrido vital; en su mayoría son gente con una mente libre de prejuicios, que aunque a menudo se deja mecer por el destino, que toma decisiones y elige con cada giro sin temor a lo que vendrá, (osea, a lo desconocido). En ocasiones ni tan siquiera parecen mostrar interés en como va a concluir ese viaje, centrándose exclusivamente en cada momento recorrido y dejando de lado lo que el destino les deparará.

El camino además de recorrido, es transición, porque con cada pisada todo cambia; un metro por delante o por detrás lo que detecta nuestra mirada es diferente, la energía que circula a nuestro alrededor no es la misma, y no digamos nada de lo que ocurre con nuestros pensamientos, esa cosa tan inconstante que a veces se comporta como un martillo pilón golpeando constantemente una y otra vez en el mismo sitio sin descanso. (en este caso, sobre nuestra conciencia que no es más que el conocimiento que las personas tienen de su mismas y de su entorno).

Durante el camino aunque sea un acto individual, nos topamos con muchos caminantes que a veces influyen en las bifurcaciones que tomaremos más adelante, y es que en realidad el universo camina con cada uno de nosotros, y no distingue entre caminantes, pues entiende que somos un colectivo que se completa, y que en realidad todos formamos parte de la misma unidad.

Otro elemento fundamental cuando hablamos de esa trayectoria que nadie debe ni puede evitar, es la adaptación; hay quienes circulan de mala gana, quienes se intentan tirar por la cuneta sin entender que ese es otro tramo del camino General, quienes se quedan parados en una bifurcación eternamente, quienes sufren altibajos y creen que no han elegido la ruta correcta o por el contrario, quienes se sienten libres de elegir caminos y etapas diferentes a lo largo de su vida, buscando el mayor acomodo posible con cada milímetro recorrido; y sin embargo, tanto unos como otros son itinerarios idénticos con percepciones diferentes, y es que cuando los sentidos, o lo que es lo mismo los sentimientos entran en juego el terreno de juego cambia, habrá variaciones en función de ese estado afectivo del ánimo que nos hará las cosas más o menos llevaderas.

El trayecto por lo general comienza en nuestro cerebro y sabemos que ahí está “alojado” nuestro sistema nervioso, nuestro potente procesador que en función de los estímulos que recibe, toma decisiones incluso por sí mismo sin dejarnos intervenir en determinadas situaciones. Y de ahí volvemos al camino, porque es en aquellas decisiones que sí que podemos tomar donde debemos intervenir dejando el resto a su libre albedrío.