RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

14 jul 2025

800.000 millones

 


Leo en un periódico local lo siguiente: “EN VALLADOLID HAY EL TRIPLE DE CERDOS QUE EN LEÓN”, me quedo pensativo un ratín y pienso que si fuera de Valladolid agarraría un mosqueo que para qué, pero luego indago un poco más y compruebo que se refiere a cantidad de marranos, gochos, puercos, chones, cochinos, o guarros como les llamaba el tío Celestino.


Las noticias hay que meditarlas un poco, sobre todo cuando leemos solo el titular, porque los “profesionales de la letra impresa”, se aseguran de llamar nuestra atención con las menos palabras posibles, y a día de hoy que la cosa de la información está que arde, a veces, ni leyendo la noticia completa le queda a uno claro lo que nos quieren contar.


Por ejemplo, veamos esta otra noticia del mismo medio (La Nueva Crónica): El aumento del gasto en Defensa abre la puerta a recuperar la Ruta de la Plata.


A mí personalmente me da la impresión de que nos están vendiendo la moto, porque una cosa es recuperar la citada ruta y otra esperar benevolencia de gente que se dedica a la guerra, máxime cuando contribuimos con nuestros impuestos a sufragar ese gasto destinado a posibilitar masacres de civiles como ocurre actualmente con todas las guerras; y todo ello porque los señores del armamento, los que deciden, los que obtienen márgenes estratosféricos con las muertes de inocentes, han decidido que una guerra más en Europa significaría otro enorme chollo.


Como siempre llevan tiempo creando el enemigo perfecto,para la ocasión, al igual que lo crean habitualmente en otras partes del planeta; el que va a liquidarnos a todos, aquél del que pretenden salvarnos, aquél que cuando les interesa es amigo y cuando no enemigo,todo sea por el beneficio que es lo único que al parecer mueve el mundo a escala “global”.


Mientras tanto los de a pié, inocentes y no inocentes como siempre ampliando las tragaderas o haciendo ver que no va con nosotros, porque en mi casa “de momento” no caen bombas; porque también en eso han sabido “educarnos”, y hacernos insensibles a las muertes de niños de la edad de nuestros hijos o nietos, muertes de personas de la edad de nuestros hermanos o de nuestros padres que lo único que llevan años deseando es que les dejen vivir tranquilos lejos del olor a guerra, muerte y destrucción.


En pleno siglo XXI destapamos la cazuela y vemos en su interior un contenido totalmente putrefacto; ese es el alimento que le obligan a ingerir a miles y miles de personas por todo el mundo, que no son diferentes a nosotros, salvo por el lugar de residencia. En el fondo sabemos que permitiendo estas injusticias, damos permiso y facilitamos que esos sicópatas puedan idear otra guerra y lanzar esas bombas sobre nuestras casas... para cuando llegue ese momento como se suele decir: YA SERÁ TARDE.