En realidad había más productos de otro tipo que cosas del campo, sobre todo unos dulces árabes que no se podían dejar de probar.
En la feria a alguien se le ocurrió utilizar el término “paleto” para referirse a un paisanín que estaba mirando un tractor gigante; se me ocurrió que ese “paleto” que por lo que escuché hacía unos meses que había adquirido uno de esos mastodontes por la sustancial cifra de ciento sesenta mil del ala (no pude adivinar si con iva), hablaba de gps, de cabina silenciosa, de suspensión eléctrica sensible en el asiento, de bluetooth, amén de climatizador, de como planificar para que el aparato el solito hiciera lo que le pedía y un sinfín de cosas más en las que yo me perdía.
Se me ocurrió digo, si ese alguien sería capaz ya no solo de planificar y hacer todo lo que hacia el supuesto paleto, sino si acertaría a ponerlo en marcha, porque estos campesinos modernos, ya no llevan el arado a hombros tras la caballería; ahora se suben a la cabina, aprietan un sinfín de botones y después casi todo lo hace la máquina, pero para que eso sea posible no me puedo imaginar que sin tener una carrera de ingeniería sean capaces de sacarle provecho a la máquina y me quedo pasmado al saber que sí, que son capaces.
La ignorancia es muy atrevida y a muchos les querría yo ver funcionando con uno de estos cacharros.
¿Alguien se atreve? (Abstenerse los que tengan vértigo)