NOTA CULTURAL
Esta vez sobre la cultura del deporte, la sicología deportiva y esas cosas tan raras que pasan cuando corres...
METAS
DEL DEPORTISTA
Vamos a ver algunas
posturas posibles en el mundo del deporte:
- He tenido un resultado claramente contrario a lo que esperaba; por lo tanto para que voy a seguir insistiendo, evidentemente, esto no es lo mío, no sirvo, no valgo, no merece la pena perder más tiempo insistiendo porque nunca lo voy a conseguir.
- He tenido un resultado claramente contrario a lo que esperaba; ya sabía yo que no me iba a salir bien, de todas formas “el luisito”, seguro que se mete algo, porque antes no me ganaba.
- He tenido un resultado claramente contrario a lo que esperaba; la culpa es del entrenador.
- He tenido un resultado claramente contrario a lo que esperaba; es posible que haya cometido algún error, igual es que no tenía mi día, tal vez no he utilizado la táctica adecuada, no se que ha sido, pero me da igual, no me voy a rendir por eso, intentaré averiguar que es lo que no ha salido bien y volveré a intentarlo.
- He tenido un resultado claramente contrario a lo que esperaba; pero bueno es normal, no siempre van a salir bien las cosas, de esto se aprende de modo que no ha pasado nada, voy a seguir con mis entrenamientos y estoy convencido que la próxima me saldrá mucho mejor.
Hemos hablado en alguna
ocasión sobre que las metas del atleta en particular o deportista en
general, deben de ser sobre todo “realistas”, es decir
alcanzables dentro de unos criterios lógicos. Cada uno tiene un
nivel de expectativas diferentes, que en su mayor parte tienen
muchísimo que ver con su fortaleza mental innata o bien adquirida a
lo largo del tiempo.
En relación a las
expectativas a corto, medio o largo plazo,cada atleta se marca un
nivel diferente, también en función de su fortaleza mental, y
curiosamente (o no), entre más altas son las expectativas, más
probabilidades de alcanzar la meta (siempre hablando de metas
realistas por supuesto); tal vez porque a mayor nivel, más carne se
pone en el asador, mientras que a menor nivel, menos estímulos,
menos ilusión y menos probabilidades de alcanzar lo deseado.
La ilusión es algo
importante, y puede estar rodeada a veces de determinación, de
confianza en uno mismo, y de fe, términos muy similares pero no
exáctamente iguales.
A lo largo de años de
entrenamiento; es lógico que aparezcan momentos de duda o de
incertidumbre, y es en esos casos, donde se pone a prueba la
capacidad del deportista para resolverlos (problemas familiares,
lesiones, bajos rendimientos etc.).
Es ante esta situación,
cuando cada uno dirá “tengo la botella
casi llena” o “tengo la
botella casi vacía”; y este es otro factor a tener en
cuenta a la hora de conseguir metas, y estamos hablando de optimismo.
Parece evidente que los más optimistas van a tener más
posibilidades de alcanzar sus metas.
Y como el optimismo
pienso que tiene mucho que ver con los deseos; finalizo con esta
frase que todos hemos oído, pero no todos comprendido: “no
es más feliz el que más tiene, sino el que menos desea”.