RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

5 oct 2021

IL BACIO

 

Como podemos averiguar sin esfuerzo, hay toda una historia cultural basada en el beso; tenemos el de Gustav Klimt, una famosa obra (que a mí por cierto no me parece tanto); el cuento de Anton Chejov, una pintura de Francesco Hayez (esta me gusta más), y mi preferida, una leyenda conocida de nuestro admirado Gustavo Adolfo Becquer.

Sea como fuere, no todo el mundo sabe la infinidad de músculos posturales y faciales que intervienen en ese acto; incluso existe un músculo conocido popularmente como el músculo del beso; tal vez haya ya quien haya descubierto el recorrido de esas terminaciones nerviosas que producen esa sensación que hasta al mismo jesucristo experimentó.

Va ya para diez años que son vecinos en un barrio medio de la ciudad, Ella (Araceli), está casada con un empresario que construye aviones a particulares; El, Mario está casado con una mujer independiente que da clases de yoga, pilates, tai chi o lo que se tercie; Ella es autónoma, tiene una tienda de artículos deportivos y El se dedica a la venta ambulante repartiendo fruta en un radio de 20kms alrededor de la capital.

No se hablan demasiado a menudo, pero se saludan educadamente y se miran a los ojos cuando surgen frases en vez de palabras que desde que vino lo de los encierros y demás sucesos, ocurre en la mayoría de las ocasiones. Ya que ni el uno ni la otra pueden desarrollar su actividad, pasan el rato charlando, mientras sus respectivos uno por un motivo y la otra por otro diferente siguen trabajando “de aquella manera”.

En ambos matrimonios, se da la paradoja o tal vez sería mejor decir la circunstancia de que uno es creyente y el otro pone en tela de juicio las noticias; de modo que sin querer o tal vez queriendo hay un pequeño distanciamiento sentimental pero sobre todo físico, que no hubo jamás en sus vidas. Van para dos años que no se abrazan y uno de ellos se protege como ordenan los cánones, mientras que el otro pasa de recomendaciones que no comprende y de ahí que de cuando en cuando surjan conflictos a veces no exentos de cierta violencia verbal.

Por ambas casas ya no corren las endorfinas como antaño, la oxitocina está en horas bajas y la dopamina reclama su atención sin resultados satisfactorios; en ambos matrimonios uno de ellos siente que tiene el cuello justo bajo la guillotina y mientras tanto, el otro sigue con sus dudas.

Ahora llegan nuevas “órdenes”, hay que pasar por la vicaría y poner primero un brazo, más tarde otro y con el tiempo a saber cuantas veces más mientras dure esta fase de ensayo; que por lo que se ve lleva camino de convertirse en definitiva a pesar de la ausencia de estudios, indagaciones y las observaciones pertinentes.

Hoy se han encontrado de nuevo; esta vez en el ascensor de camino al noveno; se han mirado más o menos como siempre pero un brillo especial en los ojos de uno de ellos o tal vez en los de ambos han precipitado los acontecimientos; sin encomendarse ni a dios ni al diablo, han sentido la necesidad del abrazo y se han besado largamente; al parar el ascensor ella ha salido y el ha continuado su camino al décimo; no se han dirigido una sola palabra, pero mediante los ojos se han dado las gracias el uno al otro. 

Por fin han salido como en procesión, endorfinas, oxitocina y dopamina como en los viejos tiempos.

Ya era hora chicas, parecen decirse las unas a las otras...