Aburrido de tanta basura, intuyo que hay una película en tve 2, que me puede interesar; y sin embargo un conflicto ya con las primeras imágenes, surge en mi interior con fuerza.
¿Qué hago yo que no soy pobre, viendo una película donde el sufrimiento y la miseria campan a sus anchas?.
¿Porqué permito que un torrente de angustia y emoción me penetren hasta las entrañas cuando hay pelis de “acción” en cualquier cadena?
Se trata de Capharnaüm un melodrama en toda regla que cuenta una historia, que hasta el más tonto de la clase es capaz de comprender que la realidad es aún peor que lo que nos cuentan en esta película.
Va de supervivencia, pero al mismo tiempo de lucha, y de la gran lucidez e inteligencia que atesora un niño de poco más de diez años que es capaz de rebelarse contra esta forma de vida, criticando incluso a sus propios padres por traer al mundo niños que van a malvivir con toda seguridad, niños que van a sufrir las inclemencias de esta economía ciega a todo lo que no sean beneficios, alejada totalmente del género humano del que se sustenta para generar beneficios.
Va de personas sin papeles, de niños, hombres y mujeres cuya primera lucha diaria es lograr un trabajo sabiendo que son carne de cañón, que serán explotados aún más que el resto de explotados del planeta, que serán utilizados por la gente sin escrúpulos como sin cada uno de ellos formaran parte de una especie sin valor alguno para la sociedad.
Y sin embargo, acompañando a la maldad, también vemos grandes dosis de ternura, y de solidaridad; esa camaradería que solo parece posible entre los que menos tienen, tal vez porque saben lo que es aguantar días sin tener nada que llevarse a la boca; por eso mismo son capaces de compartir las nadas que atesoran con otros iguales e incluso peores.
Por si fuera poco al terminar la película, nos muestran en un documental en la misma cadena, que a la larga la miseria nos inundará a todos por igual. En este caso se trata de como las grandes multinacionales hacen sus negocios a costa de nuestra salud sin inmutarse; pero lo peor de todo es que tampoco nuestros políticos hacen nada por evitarlo y aún más grave que nosotros, es decir todos nosotros les sigamos el juego sin rebelarnos, y eso me recuerda de nuevo la película donde un niño es capaz de oponer resistencia cuando nosotros que tenemos los medios decidimos someternos.
