Es curioso, pero a veces los acontecimientos más inesperados ocurren cuando estás tomando un café acompañado de tu perro. Yo lo utilizo para ligar (el perro no el café), y a veces da buenos resultados porque que si que mono (el chucho), que si como se llama, que si tal o que si cual al final no hay forma más sencilla de pegar la hebra con una dama.
Pues como decía, el mundo es un pañuelo (Vicente siempre añade que lleno de mocos, pero no le hagáis caso); pues eso, que estábamos el otro día tomando el referido café en una céntrica plaza de la ciudad (ahora con el corona, ya puede estar a 18º bajo cero que todos nos quedamos en la p. calle sin que nadie nos eche), cuando llegan tres chicos y una chica y se sientan a nuestro lado; yo sabía que ligar no podía ser en esta ocasión, pero había más mesas vacías y nunca se sabe.
En un momento determinado comentan algo sobre una carrera que se va a celebrar próximamente en la ciudad; yo me imagino que se refieren a la san silvestre, pero a medida que les voy siguiendo el hilo, veo que no, que es otra y de montaña; entonces me digo que seguro que es el Santi que ya está pensando en volver a poner la locomotora en marcha y sigo escuchando que es lo único que podía hacer en esos momentos mientras el zure como siempre mordisqueaba la quinta correa que llevamos en menos de tres meses.
Al parecer el organizador en caso de no celebrarse la prueba se quedaba con el cincuenta por ciento de lo pagado por cada participante; yo me dije “estos están tontos”, pero por supuesto no abrí el pico por si acaso, así que entre varios “no te jode” de uno de los chicos y un “no digas tonterías” de la chica, sonó el móvil y no me quedó más remedio que largarme cuando más se caldeaba el asunto.
Pero en este pueblo mío, hay amigos para todo y amigos que parecen amigos y nunca se sabe si son eso o lo contrario, de modo que me llega un correo al ordenador con un reglamento; que yo me imaginaba era por lo del Alto Sil que estos días abría inscripciones; así que me dispuse a leer la parte que me habían enviado porque solo era una página y veo para mi asombro que lo que decía el de la cafetería era verdad, así que llamé a una conocida que me dijo que no, que no era en esa carrera, sino en otra que yo por lo visto ya conocía de sobra.
Me puse frente al ordenador y busqué el reglamento de dicha prueba y allí estaban por escrito algunos de los comentarios que había escuchado en la cafetería, como que si no te das prisa “No se garantiza ni camiseta, ni talla “.
Respecto a la cancelación: esta dependerá de la celeridad, será de un 60, 50, 40% o nada si es a partir de 2 de enero; o esto otro: “La organización se reserva el derecho de suspensión o cancelación de la prueba por causas de fuerza mayor, bajo prescripción de las autoridades competentes y/o fenómenos meteorológicos adversos. En tal caso no se reembolsará el importe de las inscripciones ni se cubrirán los gastos de los participantes.”.
Finalmente encontré el punto del conflicto en cuestión, que reconozco no había entendido bien, pues se trataba de aplazamiento o suspensión de la prueba por causas sanitarias, reducir el número de participantes en cuyo caso los afectados tendrían la opción de recuperar el cincuenta por ciento del importe de la inscripción o aplazarla a la futura nueva fecha.
Tengo que reconocer un par de cosas, la primera es desconozco si todos los reglamentos son así; pero sobre todo tengo que dejar claro, que el hecho de la inscripción supone la aceptación del reglamento, con lo cual se aplicará entiendo aquella máxima que dice: “la ignorancia no exime de culpa”.
Pero mira por donde me da por seguir leyendo y veo que dice sobre derechos de imagen que toda explotación audiovisual, fotográfica etc...será exclusiva de la organización y ahí es donde yo me quedo de piedra, porque hasta donde me alcanza las fotos que yo hago y más si son al aire libre, son solo mías no de ninguna organización, aunque igual se refiere a que ahora nos van a pagar por hacer fotos que también pudiera ser (en cuyo caso podría ser efectivamente explotación).
No se; me lo pensare, pero me quedo con la duda.
