RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

12 ene 2024

EL PATINETE

Me se (o era se me) pone una sonrisa boba sin querer al leer una de las noticias del día. Algún empresario espabilado propone que los patinetes pasen la “itv” como ya lo hacen otros vehículos, sin que en mi opinión hayamos visto un beneficio importante de esta gestión en las carreteras durante estos años; salvo tartanas en estado comatoso, que haberlas haylas aunque no creo que aguanten un solo día a la inspección de la guardia civil. 

Yo, que cuento con algunas amistades entre el gremio, he podido descubrir que los que son buenos y no hablo ya de los extraordinarios, son capaces de ver si has pisado la línea continua a distancias donde yo casi no vería ni las ruedas de un camión. En un viaje con uno de ellos, aprendí a mirar lejos después de comprobar como me iba cantando los coches que aparecerían en las diferentes curvas por las que transitábamos antes de que los pudiera ver yo, !menudo ojo el suyo¡. 

Pero a lo que íbamos, que era la noticia esa que me ha dejado estupefacto (osea, pasmado), porque uno que a veces la da a la mollera hasta sin querer, se pone a elucubrar (aunque en este caso concreto, con fundamento), y se pregunta para cuando una inspección para las zapatillas de andar por casa, que si las sacas a la calle con la helada te puedes pegar un hostión de mucho cuidado, y quien sabe si en algún caso podrías terminar con las piernas sobrevolando la acera y asomando peligrosamente a la calzada. 

Luego, por otro lado, pienso que no me extraña ni gota esta situación; porque la llevamos soportando siglos, desde el primer negociante que para sustraerle las habichuelas a su vecino, se inventó, vaya usted a saber el qué. 

Hoy día te compras un coche y pagas mil veces por mil motivos diferentes, y luego si lo quieres vender de nuevo a pagar; claro que la cosa no se queda ahí y ahora con el invento de los publicitados eléctricos (esos que al parecer arden de vez en cuando), nos vienen advirtiendo de que con tu buga que te costó diez años de letras más lo que te prestó la tía María, ya no puedes circular por el centro de tu ciudad, y que dentro de nada, ni por el centro ni por los prados; de modo que aún sin una demostración palpable de que sean más beneficiosos estos que aquellos o lo tomas o te vas a tomar por ese sitio. 

Lo del invento del calentamiento global, se les fue patas abajo, porque que me digan a mí como se come entonces lo de la pelona de ayer mismo en un pueblo de Babia (-17.4º). Pero como esa gentucilla es más lista que el hambre, ahora le llaman cambio climático y en eso si que están acertados, porque es lo que viene sucediendo desde el comienzo de los tiempos. Yo no se como se las apañan, pero cogen algo que es nuestro, nos lo cobran y al final se lo quedan. 

Lo del pastilleo y el picoteo es ya la repanocha, y ahí si que se mueve una pasta gansa, pero de esto mejor no digo ni pum, no sea que me envíen un vion de esos que fumigan hasta en las bodas. 

Lo del aire sí que tiene más enjundia que lo del patinete, porque uno puede llegar a comprender que las cosas valen dinero, que los impuestos son para mejorar la vida de los ciudadanos y en ningún caso para enriquecer al político oportunista de turno y a sus amos, de modo que de acuerdo, pagamos por el agua, pagamos por la electricidad e incluso pagamos a las multinacionales porque...bueno... en realidad no se a estos a cuento de qué les pagamos; pero pagar por el aire que respiramos o como se está poniendo de moda por el que expulsamos ya es de “apaga y vámonos”. 

Resulta que tras siglos y siglos respirando en este planeta a pleno pulmón, viene más de esos “listos” con el cuento de que estamos jodiendo el planeta por respirar, y así como te lo digo que hasta a mí me cuesta creerlo, y mira tú por donde, ya nos cobran por unas supuestas emisiones de carbono las cuales por lo visto se venden y se compran (país rico – país pobre), y ahí si que entran muchas de esas “trans” usease, aquellas que limpian lo mismo tu casa que la de tu vecino que vive a diez mil kilómetros. 

Pues ahora que la cosa va cogiendo marcha, y para rematar la faena, ya están pensando en puntuar al ciudadano de a pie; y al que le pite el aparato, queda castigado a no salir de casa en una semana ,en un mes, en un año o en la puta vida... Vaya usted a saber.