RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

1 sept 2021

MIRINDA.

 


Es Mirinda una joven tratable, agradable y hasta simpática salvo cuando cuando pone la atención en quien sabe donde y aunque da la impresión de seguirte el hilo, en realidad cuando la conoces bien sabes que está distraída y no te hace ni caso.

Tiene nombre de refresco y a veces le va como anillo al dedo, porque te da un chute de energía que te viene de perlas. Cuando me dejó el subnormal de Toño, me ayudó a pasar el mal trago aunque igual es porque se sentía culpable; vete a saber.

Sabe presumir de cuerpo cuando se lo propone, pero por lo general pasa bastante; un poco de rímel por aquí, un par de pasadas de cepillo por allá y con una gran sonrisa, arreglada del todo, no como yo que si se me da bien, necesito mis buenos tres cuartos de hora para ponerme a tono.

No se si tendrá sabores como aquella famosa bebida tan en boga en España en los años sesenta y setenta absorbida posteriormente por Kas; no se lo pienso decir ni loca, pero al parecer “mirinda” significa en esperanto maravillosa, admirable. En el interior de los tapones a veces había regalos, todo ello fruto de una gran campaña para captar a la gente joven y hacer la competencia a los refrescos locales autóctonos que por aquella época consistían en gaseosas de sabores riquísimas además de la tradicional que conocemos en nuestros días; por supuesto lo consiguieron y así siguen hoy manteniendo el dominio de los refrescos en todo el mundo (incluida la mirinda que es uno de los refrescos más vendidos en el panorama internacional salvo en España).

Volviendo a Mirinda (mi amiga), es ella muy amante de la naturaleza, una deportista empedernida que si no fuera por su trabajo y sus “chicos”, estaría todo el día pedaleando o pateando por ahí; sin ir más lejos, la última vez que nos vimos se fue a su pueblo que está a un montón de kilómetros en bici como quien va a la tienda de la esquina a hacer la compra.

Dice que no, pero yo creo que también es presumida, y sobre todo es consciente del cuerpo que gasta; eso las chicas lo notamos enseguida; además yo la he visto emperifollarse para conquistar a más de uno y lo peor es que encima la muy, tiene éxito y se los lleva de calle.

Dice que yo tampoco estoy mal, pero se le notan las medias verdades a la legua, yo se lo que soy y soy consciente de lo que tengo, eso sí a culo y a pelo rubio natural, no me gana ni harta de vino.

Anda estos días liada con un nuevo traslado, que parece americana en vez de leonesa porque que yo sepa ya supera como poco la docena; ya le digo yo que mucho “no quiero plástico”, mucha comida “bio” y luego gasta más gasolina que un tanque americano.

Mi Toño la anduvo tentando, (ella no sabe que yo lo se), no se si porque no le gustaba o porque era “mi Toño”, no llegaron a nada que yo sepa; total para terminar enrollándose con mi prima Adela, mejor hubiera estado con Mirinda. A mi prima ya le vale que aquello fue un encoñamiento en toda regla y lo dejó por otro en menos de tres semanas, yo como soy tonta del bote le dejé volver a casa. A la tercera va la vencida dicen, pero no, con la tercera sigue el desgraciado.

Vale Mirinda lo mismo para un roto que para un descosido, se las apaña en cualquier circunstancia y pega la hebra lo mismo con uno de ochenta que con uno de catorce (menuda es); yo siempre he tenido un poco de envidia a esa faceta suya, que le permite aposentarse en cualquier lugar como si llevara allí toda la vida; eso sí, yo les calo a la primera como aquella vez que anduvo liada con el Migue, un amigo del Toño que solo quería aprovecharse de ella, aunque visto desde la distancia, tal vez fuera al contrario, porque tiene me da a mí un lado oscuro que a veces te sorprende, como cuando se lió con el Fidel, ninguna dábamos un duro pero ahí siguen...

Desde luego, que suerte tienen algunas.